UNA TABLA ATRIBUIDA A JOANOT DE PAU EN EL MUSEU DE LLEIDA

26/05/2012


 

 

La obra que el Museu de Lleida propuso para conmemorar el Día Internacional de los Museos de este año fue adquirida por la Generalitat de Catalunya a finales del año 2011. Se trata de una pintura sobre tabla, inédita hasta la fecha para la historiografía especializada, que salió de una subasta celebrada en la sala londinense Christie's el pasado 24 de octubre. Se puso a la venta como obra de principios del siglo XVI, realizada por manos anónimas, pero los técnicos del Museu de Lleida han determinado que, en realidad, podría tratarse de una obra de juventud del pintor Joan Pau Guardiola, llamado Joanot de Pau, cuya actividad aparece documentada en Cervera (Lleida) entre los años 1500 y 1548.

El formato de la tabla demuestra que nos encontramos ante el fragmento de un retablo, con diversos personajes representados de rodillas, lujosamente vestidos y en posición orante. El que asume mayor protagonismo lleva un manto decorado con brocados dorados y rematado en sus orillas y puños con piel de armiño, sobre el cual lleva otro de color anaranjado. Junta las manos en señal de oración mientras sostiene entre ambas un rosario de cuentas blancas y rojas del que cuelga una borla. Al cuello lleva un suntuoso collar de oro y piedras preciosas. Detrás de él se ubican tres personajes más, armados y ataviados todos ellos como caballeros, con interesantes arneses y cotas de malla, así como calzado y bonetes de diferentes colores. Los personajes aparecen emplazados en una estancia abierta al exterior mediante un mirador, a través del cual contemplamos un sencillo paisaje con una ciudad amurallada, varios accidentes geográficos y un cielo en gradación cromática. El pavimento se ha ejecutado a partir de baldosas, alternando las jaspeadas y las ornamentadas con flores de lis.

La tabla ha sido recortada por todos sus lados, seguramente con motivo de su entrada en el mercado de arte y antigüedades a principios del siglo XX. Partiendo de otras pinturas coetáneas que muestran una composición similar a base de personajes arrodillados, los expertos del Museu de Lleida han deducido que la escena representada es el Milagro de la Mare de Déu del Roser y el Caballero de Colonia, la cual alcanzó gran popularidad a finales del siglo XV gracias a la difusión del Santo Rosario. Según la leyenda, en la ciudad de Colonia, estando dos caballeros jugando a la pelota, uno mató al otro después de una fuerte pelea. El hermano del difunto juró venganza y esperaba la ocasión para llevarla a cabo. Un día, el asesino entró en una iglesia a rezar el rosario, del que era ferviente devoto, mientras fuera esperaba el caballero para ajustar cuentas. Como el primero tardaba en salir, el vengador decidió entrar en el templo, donde pudo contemplar un milagro que le dejó boquiabierto: pudo ver, al lado del caballero orante, a una dama envuelta en luz que recogía las rosas que brotaban de la boca de aquel que rezaba y hacía una guirnalda con ellas. Una vez que acabó sus rezos, la dama le puso la guirnalda en la cabeza.

Más interesante que la adquisición e ingreso de la obra en el Museu de Lleida es el descubrimiento que se ha efectuado posteriormente, ya que los técnicos han constatado que este fragmento se corresponde perfectamente con un segundo de procedencia igualmente desconocida, conservado actualmente en el Museu del Cau Ferrat de Sitges (Barcelona), que formó parte de la colección del prestigioso pintor, escritor y dramaturgo Santiago Rusiñol (1861-1931). Precisamente, se trata de una representación de la Mare de Déu del Roser rodeada de una mandorla de rayos solares y una corona de rosas, la cual se ubicaría en el lado derecho de la tabla del Museu de Lleida, según el punto de vista del espectador. En su parte baja advertimos un pavimento idéntico al descrito anteriormente, e incluso detectamos la continuación de la túnica con los ribetes de armiño del personaje principal; al que pertenece igualmente un bonete que figura en el suelo del fragmento de Sitges, así como el misal ante el que rezaba. Por otra parte, cabe apuntar que la tabla de Sitges mide 111,5 x 31 cm, lo que corrobora lo que los expertos suponían; es decir, que la tabla de Lleida, cuyas medidas son 88 x 64,4 cm, fue serrada.

Hemos comentado al principio que el autor de la obra podría ser Joanot de Pau, el célebre pintor cerverino de la primera mitad del siglo XVI, recordado sobre todo por ser sordomudo de nacimiento. Esta atribución se funda tanto en razones estilísticas como en la teoría que relaciona al artista con el retablo de la iglesia de Ivorra (Lleida), una obra primeriza de Joanot de Pau que, sin el menor atisbo de duda, fue ejecutada por el mismo pintor que realizó los fragmentos de Lleida y Sitges.

Joanot de Pau es un pintor activo en las comarcas leridanas de La Segarra y El Solsonès, así como en diversas regiones pirenaicas. Podemos considerarlo también como uno de los paradigmas del arte del primer Renacimiento en tierras leridanas; de hecho, es uno de los pocos nombres de pintores activos en el territorio que se conservan de aquellos años, y del que tenemos la suerte de tener algunas creaciones, caso de un Calvario procedente del municipio leridano de Castellnou d'Oluges, actualmente también en el Museu de Lleida, y que, por ahora, es su única obra documentada (1518). Otras piezas suyas se conservan en el Museo de Cervera, en el Museo Diocesano y Comarcal de Solsona, y en algunas parroquias de la comarcas del Vall d'Àneu y Vall de La Vansa i Tuixent, ambas en la provincia de Lleida.

Como ya apuntamos, se desconoce la procedencia de los dos fragmentos de Lleida y Sitges, pero teniendo en cuenta el área de trabajo de Joanot de Pau, cabe deducir que son originarios de alguna iglesia de la provincia de Lérida, ya sea del área de La Segarra o del Pirineo. En este sentido, hay que tener presente que Joanot de Pau, junto con Pere Alegret (documentado entre 1491 y 1541), contrató en el año 1501 un retablo dedicado al Rosario que estaba destinado a una de las capillas del convento de los dominicos en Cervera, conjunto que permanecía inacabado en 1507. No tenemos ningún indicio fiable que permita deducir este origen cerverino para los fragmentos del Museu de Lleida y del Museu del Cau Ferrat, pero la atribución a Joanot de Pau podría sugerir, cuanto menos, un vínculo con el mencionado encargo.

 

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