SAN SEBASTIÁN. UNA OBRA MAESTRA JUVENIL DE MARAGLIANO

20/01/2023


 

 

Esta obra maestra de juventud de Anton Maria Maragliano (Génova, 1664-1739) fue encargada el 31 de mayo de 1700 por el Oratorio de la Santísima Trinidad de la localidad ligur de Rapallo, muy cercana a Génova; en la que también se conservan, en la parroquial del distrito de San Michele di Pagana, otras tres esculturas de este maestro del barroco genovés y su taller: la Virgen del Rosario, el Crucificado y Santa Úrsula.

Maragliano se inspiró directamente en la gran estatua (450 x 165 cm) labrada en mármol blanco de Carrara por el artista marsellés Pierre Puget entre 1664 y 1668 para la basílica genovesa de Santa Maria in Carignano. Puget a su vez tomó como referente para su obra el arte de Gian Lorenzo Bernini, si bien se observan igualmente ecos de Alessandro Algardi y Ercole Ferrata, discípulo de Bernini.

Esculpido en madera y policromado, el San Sebastián de Maragliano, que lo realizó cuando tenía 25 años de edad, fue en origen la figura principal de un paso procesional que lo mostraba acompañado de ángeles del tipo querubines en sus esquinas, una obra que no se conserva al ser posteriormente sustraída. El mencionado oratorio, activo desde el año 1267, pagó al escultor por su hechura la suma de 400 liras genovesas.

El santo se retuerce por el dolor atado al tronco del árbol, con las rodillas dobladas, incapaces ya de soportar el peso del cuerpo, y los brazos amarrados por encima de la cabeza, extendiendo las manos en un crispado gesto de sufrimiento. Todos estos detalles realistas y estremecedores los tomó Maragliano del original de Puget, así como la presencia de los atributos de la milicia romana a su lado.

Maragliano plasmó todo el potencial pictórico naturalista de Caravaggio en el campo de la escultura. Logró gran pericia a la hora de modelar rostros y cuerpos, gratificándolos con una vivacidad expresiva, que atrajo no solo los gustos locales, sino también los foráneos. En clave barroca, el arte de Maragliano representa figuras sacras que logran crear ese compromiso de gusto noble y popular, antecedente del estilo rococó. 

La calidad de la pieza, su naturalismo y la habilidad escultórica y escenográfica que el joven Maragliano desarrolló a través de la misma, ha hecho que participe en muestras como Maragliano 1664-1739 Lo spettacolo della scultura in legno a Genova (Palacio Real, Génova) o Like life-Sculpture, Color and the Body (1300-Now) (Met Breuer, Nueva York), dedicadas al escultor y al realismo en la escultura, respectivamente.

 

 

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