Las salas del Palacio Real de Milán albergan hasta su apertura Las damas del arte. Historias de mujeres entre los siglos XVI y XVII (Le Signore dell'Arte. Storie di donne tra '500 e '600), una exposición única dedicada a los más grandes artistas italianas que vivieron entre los siglos XVI y XVII: Artemisia Gentileschi, Sofonisba Anguissola, Lavinia Fontana, Elisabetta Sirani, Fede Galizia, Giovanna Garzoni y muchos otros.

La exposición ha sido promovida por el Ayuntamiento de Milán y organizada por el Palacio Real y Arthemisia, productora de exposiciones que también opera en España, los cuales han contado con el apoyo de la Fundación Bracco. Esta muestra se adhiere al programa I talenti delle donne (Los talentos de las mujeres), promovido por el Departamento de Cultura del Ayuntamiento de Milán y dedicado al universo de las mujeres, centrando la atención, a lo largo de 2020 y hasta abril de 2021, en sus trabajos, sus prioridades y sus competencias.

Con la exposición Las damas del arte, la producción artística y las increíbles vidas de 34 artistas se redescubren a través de más de 130 obras que dan testimonio de una intensa vitalidad creativa, toda ella femenina, en un relato singular de historias apasionantes de mujeres, ya adelantadas a su tiempo por aquel entonces.

La inauguración de la muestra estaba prevista para el pasado 2 de marzo. Lamentablemente, con la entrada en Zona Naranja de la región de Lombardía por la crisis sanitaria derivada de la pandemia del COVID-19, el Palacio Real de Milán (Plaza del Duomo, 12) cerró sus puertas el 1 de marzo a la espera de que se establezcan nuevas regulaciones gubernamentales. El horario de visitas será el siguiente: martes a viernes, de 10:00 a 19:30 horas (jueves hasta las 20:30 horas, lunes y fines de semana cerrado).

Están las artistas más conocidas pero también las menos conocidas por el gran público, descubrimientos como la noble romana Claudia del Bufalo, que pasa a formar parte de la historia del arte femenino, y obras expuestas por primera vez como el "Retablo de la Madonna dell'Itria" de Sofonisba Anguissola (1578), realizado en Sicilia, obra que nunca antes había abandonado la isla. También el "Retablo de la Madonna Immacolata y San Francesco Borgia" (1663), única obra documentada de Rosalia Novelli, sale por primera vez de Palermo, así como el óleo sobre lienzo "Desposorios místicos de Santa Catalina de Siena" (1576), pintado por Lucrezia Quistelli y conservado en la iglesia parroquial de Silvano Pietra, pequeña localidad próxima a Pavía.

Bajo el comisariado de Anna Maria Bava, Gioia Mori y Alain Tapié, las obras seleccionadas para Las damas del arte provienen de 67 prestamistas diferentes; entre ellos, desde Italia, la Galería Uffizi, el Museo Capodimonte, la Pinacoteca de Arte de Brera, el Castillo Sforzesco, la Galería Nacional de Umbría, la Galería Borghese, los Museos Reales de Turín y la Galería Nacional de Arte de Bolonia; desde el extranjero, el Musée des Beaux Arts de Marsella (Francia) y el Muzeum Narodowe de Poznan (Polonia).

Hijas, esposas, hermanas de pintores, o incluso religiosas, Las damas del arte presenta no solo las grandiosas habilidades compositivas de estas pintoras, sino que, a través de la narración de sus historias personales, analiza el papel que desempeñaron en la sociedad de su tiempo, el éxito alcanzado por algunas en las cortes europeas, y su habilidad tanto para saber relacionarse, distinguirse y reafirmarse, convirtiéndose en grandes emprendedoras, como para luchar por sus ideales y estilos de vida, inhabituales en esa época para su género.

Entre las heroínas presentes en el Palacio Real de Milán, la figura de Artemisia Gentileschi domina sobre todas las más célebres: hija de Orazio, ícono de conciencia y rebeldía, artista y emprendedora. Su pintura rivaliza con la de los varones de la época y su éxito la lleva a lo más alto de su categoría social. Un ejemplo de la lucha contra la autoridad y el poder artístico paterno, contra el encierro reservado a las mujeres.

Sobresale igualmente Sofonisba Anguissola, pintora de Cremona que vivió más de diez años en la corte madrileña de Felipe II. Después se mudó a Sicilia, cuando se casó con el noble Fabrizio Moncada, luego a Génova después de su segundo matrimonio con Orazio Lomellini, y nuevamente a Sicilia, donde fue visitada por Anton van Dyck en 1624. De ella se exhiben obras maestras como "La partida de ajedrez" (1555, Poznan) o el mencionado "Retablo de la Madonna dell'Itria" (1578), que ha sufrido una importante restauración realizada gracias a la colaboración con el Museo Cívico "Ala Ponzone" de Cremona.

Destacar también a Lavinia Fontana, de Bolonia, hija del pintor manierista Prospero Fontana, que a los 25 años se casa con el también pintor Giovan Paolo Zappi con la única condición de poder seguir ella pintando, convirtiendo así a su marido en su ayudante. De Lavinia se exponen nada menos que 14 obras, entre ellas el famoso "Autorretrato en el taller" (1579, Uffizi), la "Consagración a la Virgen" (1599, Marsella), y algunas pinturas mitológicas de rara sensualidad.

Por último, mencionar a Elisabetta Sirani, pintora también de Bolonia, cuyos poderosos lienzos representan el coraje y la rebelión del género femenino ante la violencia masculina, como en "Porcia que se hiere en el muslo" (1664) y en "Timoclea matando al capitán de Alejandro Magno" (1659); Ginevra Cantofoli, con "Joven con traje oriental" (segunda mitad del siglo XVII); Fede Galizia, con la icónica "Judith con la cabeza de Holofernes" (1596), y Giovanna Garzoni, otra mujer adelantada a su tiempo que vivió entre Venecia, Nápoles, París y Roma, cuyos peculiares y hermosos lienzos se exhiben también en Las damas del arte.