EL TAPIZ DE RODA DE ISÁBENA

26/04/2013


 

 

El tapiz de La Virgen con San Vicente entre San Ramón y San Valero, fechado en el siglo XVI, fue robado el 7 de diciembre del año 1979 en la catedral románica de Roda de Isábena (Huesca) junto a numerosas obras de arte, tras forzar la puerta de entrada al templo con dos palanquetas.

La localización y recuperación del tapiz ha sido posible, en primer término, por la colaboración ciudadana. De esta manera, fue una investigadora de Lleida, Carmen Berlabé, quien avisó en 2010 a la Guardia Civil al localizar la pieza entre las que se ofrecían a la venta en una feria de arte y antigüedades en Bélgica. Inmediatamente la Guardia Civil inició su actuación, poniéndolo en conocimiento del Juzgado de Instrucción nº 1 de Barbastro (Huesca), que concedió sendas comisiones rogatorias internacionales dirigidas a las autoridades judiciales belgas e italianas, con la intención de recabar cuantos datos dispusieran sobre el actual propietario y el paradero del tapiz, así como la procedencia del mismo. Se iniciaba así la operación TELAR.

De la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil, se deduce que desde su sustracción en 1979, el tapiz experimentó un largo periplo de viajes con sucesivas ventas y adquisiciones en el mercado del arte, llegando a pasar por cinco países: Bélgica, Alemania, Italia, Francia y, finalmente, Estados Unidos.

Una vez localizado en Houston (Texas), se solicitó una comisión rogatoria internacional a las autoridades estadounidenses. Entre octubre y noviembre de 2012, un equipo integrado por expertos en tejidos antiguos designadas por del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y miembros de la Guardia Civil del Ministerio del Interior viajaron a Estados Unidos para acreditar la autenticidad del tapiz. Posteriormente, la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte solicitó a la administración de aduanas norteamericana (US Custom and Border Protection) la devolución del tapiz, petición que fue aceptada en un marco de estrecha colaboración para favorecer la protección del patrimonio cultural.

 

 

La Ley de Patrimonio Histórico encomienda a la Administración General del Estado, como titular del bien, su idónea protección y conservación. El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, competente en éste ámbito, ha decidido depositarlo, en primera instancia, en el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), centro especializado a la vanguardia internacional en restauración y conservación de todo tipo de bienes culturales.

Como institución pionera en el desarrollo de la investigación aplicada a la conservación de textiles, a partir de su recepción los expertos del IPCE realizarán una intervención multidisciplinar en el tapiz que se desarrollará en dos fases: estudio exhaustivo -para fijar el estado de conservación en el que se encuentra- y tratamiento.

Sobre la investigación aparejada a la primera fase, se fundamentará en estudios históricos y análisis tecnológicos que favorecerán el conocimiento de aspectos del tapiz tales como el tipo de telar que se utilizó en su confección, la calidad del taller y de los artesanos que lo produjeron, su procedencia, etcétera. Este análisis tecnológico supondrá una notable innovación, dado que apoyado sobre estudios físicos y análisis químicos que determinarán la naturaleza de las fibras y colorantes, permitirá a los restauradores abordar el tratamiento más adecuado.

En la segunda fase, la intervención sobre el tapiz consistirá, entre otras acciones, en la limpieza de la obra y en la dotación de un nuevo sistema de suspensión y forrado.

Asimismo, se espera que los estudios revelen gran cantidad de datos, como la existencia de antiguas intervenciones de restauración que, en caso de no resultar adecuadas para garantizar la conservación de este bien cultural, serán eliminadas. Otro de los objetivos del análisis en profundidad del tapiz será conocer las condiciones óptimas en las que deberá ser conservado en el futuro.

 

 

La catedral de Roda de Isábena está dedicada a San Vicente Mártir. Su origen se remonta a la época de la reconquista de los Pirineos, cuando se creó allí el Condado de Ribagorza, del que dicha localidad oscense ejerció la capitalidad. Dicen los estudiosos que, cuando el gobierno decretó la expropiación de los bienes del clero en el siglo XIX, fueron necesarios catorce mulos para llevarse el oro y la plata que atesoraba el templo.

Erik el Belga, uno de los ladrones de antigüedades más temidos y famosos de Europa en los años 70 del pasado siglo, pasó por Roda de Isábena en diciembre de 1979 para sustraer 30 obras de arte del templo catedralicio; entre ellos el tapiz que nos ocupa -que representa a la Virgen, sentada con el Niño en brazos y rodeada de los mencionados santos- y la valiosa Silla de San Ramón, labrada en madera de boj de Toulouse.

Nadie imaginaba que Erik el Belga eligiera Roda de Isábena como escenario para sus robos, pero más impensable aún era que decidiera restituir lo robado: tal vez porque no consiguió venderla, el ladrón devolvió la silla años más tarde a sus legítimos propietarios, aunque eso sí, fragmentada en mil pedazos. Reconstruida, la Silla de San Ramón luce hoy con algunas heridas en la parte posterior del templo, protegida por un cristal.

 

Nota de La Hornacina: con información de Dolores Gassós.

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com