MONUMENTOS FUNERARIOS EFÍMEROS EN LA CATEDRAL DE HUESCA
31/10/2024
Foto: Pichi Gardel |
Con motivo de la festividad de Todos los Santos, la Catedral de Huesca organiza una serie de visitas especiales en las que se realiza un recorrido por el templo como monumento funerario, un aspecto que queda fuera de las visitas guiadas durante el resto del año. Capillas, criptas, panteones, elementos mortuorios... todo para conocer cómo se recordaba la muerte y la memoria a los difuntos a través de sus obras de arte y lugares funerarios, siempre vinculados a la esperanza cristiana de la muerte como tránsito temporal hacia la vida eterna y la resurrección. La catedral y su entorno es también un gran cementerio donde descansan los restos de numerosos fieles que fueron sepultados en las diferentes criptas o en sepulcros colocados en diferentes lugares. También existen distintos osarios donde depositan los restos hallados en los espacios que se excavan, sanean o rehabilitan. |
Foto: Museo Diocesano de Huesca |
Para la ocasión se recrean escenografías barrocas con distintos elementos alegóricos cargados de simbolismo fúnebre. Es el caso de las vanitas o bodegones en los que se trata de subrayar la idea de la muerte como realidad universal. Derivado del término latino "vanus" (vacío), dicho género artístico, muy vinculado a la pintura, incide en la vacuidad de la vida y el fin de los placeres mundanos. El bodegón hecho simbología y alegoría: la idea de la vanidad como la caducidad de las cosas de este mundo. Ello se refuerza con un pasaje del Eclesiastés: "Vanidad de vanidades, todo es vanidad", frase con la que se da nombre a este tipo de representaciones. Todos los objetos de las vanitas tienen un carácter simbólico relacionado con la vida humana: su brevedad, el tiempo y la muerte. Suelen destacar los restos óseos, sobre todo el cráneo humano, símbolo de la muerte. Otros objetos aluden a cualidades humanas: la sabiduría (libros, instrumentos), la riqueza (monedas, joyas), el placer (copas) o la belleza (tarros de perfume), haciendo hincapié siempre en su caducidad. También es habitual encontrar fruta podrida, flores marchitas, conchas, velas consumidas, relojes, brújulas, vasos vacíos o volcados... todo ello símbolo de la brevedad y de la naturaleza efímera de la vida. Otros objetos hacen alusión al poder (corona, armas, mitras) y a las actividades humanas (cartas, dados, instrumentos musicales). Aparece también el globo terráqueo como símbolo de poder terrenal. |
Foto: Pichi Gardel |
También se reproduce el antiguo catafalco de difuntos de la Catedral de Huesca con elementos originales al que no le falta detalle alguno, incluidos los huesos que en ocasiones se colocaban sobre el féretro para formar una especie de vanitas o imago mortis. Los catafalcos son arquitecturas efímeras que se instalaban con ocasión de las exequias de dignidades o personalidades de la ciudad. Los primeros datan del siglo XVI pero alcanzaron su mayor esplendor en la época barroca. En el XIX se siguieron colocando y en el XX empezaron a desaparecer. Aquellos túmulos eran una estructura de madera con tablones diferentes que se cubrían con telas muy lujosas, enriquecidas con bordados de plata sobredorada o de oro y con fondos negros. La Seo de Huesca también tuvo su túmulo, del que solo subsiste una tabla aunque sí se conserva todo el terno de difuntos. En el montaje destaca el conjunto original de vestiduras litúrgicas que usaban los sacerdotes para las exequias más solemnes: capa pluvial, casullas, dalmáticas, el propio frontal con el que se revestía el altar y el paño gremial. Igualmente se colocan coronas de laurel y velas en los espacios donde hay enterramientos, así como las reliquias que este templo custodia en la capilla de Todos los Santos. |
Foto: Museo Diocesano de Huesca |
FUENTES Con información del Museo Diocesano de Huesca. GARCÍA MACÍAS, Isabel. "La catedral de Huesca recrea un catafalco mortuorio y desvela los rituales funerarios", en Heraldo, 30/10/2022. |
www.lahornacina.com