La obra de Manuel Caliani bebe constantemente de inspiraciones en otras obras de arte de las disciplinas musicales y literarias, por sentirse conmovido e incluso identificado con ellas. Para Caliani somos producto de nuestra experiencia o el impacto de otras ajenas sobre nosotros, y a su vez, en el hacer artístico, nuestra producción es lo que somos. De su intervención nace "El muro", elemento clave en un poema de Rafael de León titulado "Pena y Alegría del Amor". El muro, en dicho poema, es un elemento clave que paradójicamente obstaculiza a la vez que custodia una pasión no bien considerada o ilegítima según quien la juzgue. Caliani concibe pues este muro hiriente y punzante como espadas que está levantado a base escombros; esto es, restos de edificios derruidos de fortaleza que, antaño vigorosa, ya no existe. Y son tantos los muros que se sostienen en pie por escombros como la inseguridad, el temor, los juicios de valor obsoletos emitidos de forma propia o ajena; que atraviesan, encierran y causan el dolor de un ave sin alas. En su interpretación de esta maravilla literaria, el busto traducido a la estética física masculina representa la pasión del alma retorcida entre el dolor y el éxtasis, atravesado por el muro, con heridas metaforizadas en rosas, símbolo presente en el poema. A la vez que otros que, cual letanías profanas, se reparten gráficamente, de forma pura y aleatoria, sobre la escultura con la colaboración de una mano anónima que otorga un aspecto de vandalismo urbano, como de inocencia adolescente. Esta deconstrucción y distribución sobre la obra del poema resalta el carácter de lo prohibido, de lo que no se puede tomar. Un carácter fundamental de la pasión que Rafael de León refleja en "Pena y Alegría del Amor", y que, además, se ve enfatizado por un marco de hiedras naturales tomadas, al igual que el amor que se narra en los versos, de forma ilegítima. La propia lírica o semántica que los objetos y materiales adquieren según su estado es fundamental para la comprensión de esta ilustración escultórica que con tanto entusiasmo ha ejecutado Caliani para Con mucho busto: el maniquí en el abandono, los escombros como restos despreciados e inservibles, las hiedras de Triana tomadas con nocturnidad y alevosía; y la escritura libre de mano ajena.