Ayer 14 de enero se inauguró la segunda fase de la exposición Dalí-Rafael, Una prolongada ensoñación, que cuenta con "Explosión de fe mística en el centro de una catedral", como obra central de Salvador Dalí. La exposición, que tiene lugar en la Sala de las Loggias del Teatro-Museo Dalí de Figueres (Girona), es la primera que la Fundación Dalí desarrolla en dos fases.

Dalí-Rafael. Una prolongada ensoñación se ha organizado gracias al préstamo temporal del óleo "Virgen de la rosa" de Rafael, con motivo de la campaña "De gira por España" que se incluye dentro de la celebración del bicentenario del Museo Nacional del Prado de Madrid. Hasta el día de Reyes pudo verse la obra de Rafael y a partir de mañana martes 15 de enero se verá la obra de Dalí que la sustituye, "Explosión de fe mística en el centro de una catedral", ejecutada entre 1959 y 1974. Las dos pinturas van acompañadas de dibujos, libros, fotografías y de la proyección de fragmentos de varias entrevistas a Dalí.

El Centro de Estudios Dalinianos y el departamento de Restauración y Conservación han llevado a cabo el estudio en profundidad de la relación entre Rafael y Dalí, una relación de admiración que se origina en un Dalí adolescente y sigue hasta casi el fin de su trayectoria artística. Dalí admira tanto a Rafael como al Renacimiento italiano, y este reconocimiento se refleja en su obra pictórica y también escrita, en su pensamiento.

El origen de esta muestra es Rafael, un Rafael místico, representado en este caso por dos obras: la primera, "Virgen de la rosa", (hacia 1517) y la segunda, que actúa como elemento de enlace y referente de las dos fases de la muestra, "Santa Catalina de Alejandría" (hacia 1507). Dalí conserva ilustraciones de esta obra de Rafael en su taller de Portlligat, en las que se inspira y le sirven de modelo en su proceso de creación. Así, Dalí interviene en la ilustración de "Santa Catalina" de Rafael haciendo cuadrículas, para después poder trasladarlas en forma de calco en dos óleos concretos, "La ascensión de Santa Cecilia" y "Sin título. La basílica de San Pedro. Explosión de fe mística en el centro de una catedral". Se trata de dos obras de dimensiones muy distintas, pero iniciadas en la misma década de 1950. Una década en la que Dalí empieza su etapa místico-nuclear, cuyo desencadenante es la convulsión sísmica que le provoca el estallido de la bomba atómica de 1945.

El óleo "La ascensión de Santa Cecilia" (hacia 1955), ha estado presente en la primera etapa de la muestra, del 26 de noviembre de 2018 al 6 de enero de 2019, junto con "Virgen de la rosa" de Rafael, acompañados por dibujos, libros, fotografías y una pantalla con fragmentos de entrevistas a Dalí, que permiten profundizar en una relación enmarcada en la historia del arte; cuando menos, en la historia del arte tal y como la concibe Dalí.

En la segunda fase, que comienza hoy 15 de enero y podrá verse durante todo el año, hasta diciembre de 2019, tras el retorno de la obra de Rafael al Museo del Prado, el óleo del pintor italiano es substituido por "Explosión de fe mística en el centro de una catedral" de Dalí, una obra poco conocida, casi escondida, que normalmente no podemos ver en su totalidad ya que forma parte de una instalación, el altar del "Cristo twisteado", que se encuentra bajo la cúpula del Teatro-Museo de Figueres, donde tan solo puede entreverse la pintura a través de su reflejo en un espejo. Ahora, como testimonios privilegiados, podemos contemplar "Explosión de fe mística" de cerca, directamente, bien presentada. En ella descubrimos de nuevo la figura de Santa Catalina/Santa Cecilia, figura, una vez más, clave en la muestra, ya que actúa de hilo conductor entre Dalí y Rafael, aquí rodeada por una nebulosa enmarcada en la basílica de San Pedro del Vaticano.

El estudio del óleo "Explosión de fe mística en una catedral", en el que Dalí estuvo trabajando 15 años de forma intermitente, nos ha permitido determinar que el fondo escenográfico que la configura seguramente proviene de un dibujo intervenido por Salvador Dalí inspirado en Louis Jean Desprez, quien colaboró con Francesco Piranesi, hijo de Gianbattista Piranesi, en una serie de vistas de la basílica de San Pedro del Vaticano al final de la década de 1770. Una vez más, no puede hablarse de azar en la obra de Dalí, ya que los grabados de la serie "Le Carceri d'Invenzione" de Piranesi padre, por expreso deseo de Dalí, pueden verse en las paredes de la escala principal del Teatro-Museo de Figueres.

Dalí nos guiña el ojo para recordarnos que su teatro es una invitación a la participación, a la mirada atenta. La exposición Dalí-Rafael. Una prolongada ensoñación se convierte, de este modo, en un hilo de Ariadna más que nos permite ir entendiendo la máquina de pensar que es Dalí y acercarnos a su última gran obra, su museo, con lecturas distintas, procedentes de la investigación, que ayudan a enriquecerlo. El montaje de la exposición es diseño de Pep Canaleta de Carme33 y el grafismo, responsabilidad de Alex Gifreu.