EL SAN JUAN BAUTISTA DE GIBRALTAR

Jesús López Alfonso (21/11/2009)


 

 

 

En el artículo que dediqué al Cristo de la Vera Cruz de esta ciudad les comenté como, tras el “Fatal Suceso”, las imágenes fueron poco a poco sacadas de la plaza de Gibraltar y llevadas a San Roque, donde se establece hasta la actualidad la ciudad, la parroquia, las hermandades y todas las instituciones gibraltareñas.

El párroco, Juan Romero Figueroa, lógicamente no pudo enviar todo el patrimonio eclesiástico al exterior; era imposible, ya que la ciudad contaba con un total de catorce edificios religiosos: Parroquia: Santa María Coronada; Ermitas: Nuestra Señora de Europa, Nuestra Señora de los Remedios, San Juan Verde, Santa María de la Cabeza, San Sebastián, Nuestra Señora de Guadalupe, Nuestra Señora del Rosario; Capillas: Santo Cristo de la Vera Cruz; Iglesias Conventuales: San Francisco de Asís, Santa Clara de Asís, Nuestra Señora de la Merced; Iglesias Hospitalarias: la del Hospital de la Misericordia, y la del Hospital y Convento de San Juan de Dios.

Estos eran los edificios religiosos que encontraron los angloholandeses cuando invaden la ciudad, de los cuales hoy sólo tres siguen estando dedicados al culto: La Parroquia (hoy Catedral), la Ermita de la Virgen de Europa (que hasta los años 60 del siglo XX fue calabozo de instalaciones militares) y la mitad de la Iglesia del Monasterio de San Francisco, dedicada al culto anglicano y renombrada como “Capilla del Rey”, y digo la mitad porque se partió en dos el edificio por un tabique, dedicándose la otra parte a salón de baile de la residencia del gobernador, como en la actualidad continúa. Del resto no queda nada, ni siquiera la memoria, puesto que en el mismo día 6 de Agosto del año 1704, cuando los gibraltareños abandonan su ciudad, los invasores procederán al saqueo de las iglesias, como nos informa el Párroco Juan Romero Figueroa: “Profanaron todas las Iglesias, a excepción de la mayor” (1).

 

 

 

No todas las imágenes marcharon al exilio junto con sus gentes: algunas quedaron en la plaza ocupada, como el posible caso de la que nos ocupa, San Juan Bautista. Esta imagen se venera en la actualidad en la Iglesia Filial de Nuestra Señora de los Dolores, en el Barrio de la Caleta de la plaza de Gibraltar.

La imagen es de tamaño académico y nos presenta la figura del Precursor de Cristo con su iconografía tradicional: de pie, en contrapposto, mirando al frente y con la mano derecha señalando al cielo con el dedo índice, haciendo alusión a la frase que pronuncia al ver a Jesús aparecer para que le bautice en el río Jordán “este es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”. Viste con túnica de pelo de camello y manto rojo, que representa su martirio, dejando a la vista la zona pectoral derecha así como las piernas: la izquierda hasta la rodilla y la derecha hasta el muslo. La barba es bífida y el cabello cae en mechones ondulados por hombros y espalda. Está realizada en madera, sus ojos son de cristal, y en cuanto a la policromía y encarnadura, se encuentran muy repintadas.

En cuanto a su autoría, no se ha hallado, por el momento, documentación que nos la confirme; aún así, podemos decir que es obra de escuela sevillana del XVII, quizás integrada dentro de la órbita roldanesca del último cuarto del siglo. No es de extrañar la presencia de una obra sevillana en estas tierras gaditanas, ya que desde Sevilla se hicieron varios trabajos de escultura para Gibraltar por lo cual no nos debe resultar raro que esta pieza se encuentre aquí. Podemos señalar también, por ejemplo, el caso del escultor e imaginero Alonso Martínez, que realiza para el Convento de Santa Clara una Inmaculada Concepción y una imagen de la titular en el año 1646 (2).

En cuanto al origen y procedencia de esta escultura, resulta de lo más incierto, puesto que existían, hasta antes del año 1704, dos Iglesias dedicadas al Precursor (San Juan Verde y San Juan de Letrán), pero ya sabemos que este santo normalmente suele tener altar dedicado en todas las iglesias, bien el de la capilla bautismal, donde normalmente se representa la escena del Bautismo de Cristo, o bien un altar en una nave dedicado al mismo, por lo cual, se nos hace casi imposible resolver el enigma de su procedencia.


BIBLIOGRAFÍA

(1) CALDELAS LÓPEZ, Rafael. La Parroquia de Gibraltar en San Roque, p. 48, Cádiz, 1976.

(2) AUTORES VARIOS. Documentos para la Historia del Arte en Andalucía, tomo II, Sevilla, Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla, 1928.

 

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