PAZOS, HÓRREOS Y CRUCEIROS

14/11/2006


 

 

Los pazos, junto con los hórreos y los cruceiros, son una de las señas de identidad de Galicia. A mitad de camino entre la casona y el palacete (aunque algunos, por su belleza y riqueza ornamental, bien pueden ser considerados palacios), el pazo cumple el papel de vivienda familiar y local agrícola. En la actualidad, son numerosísimos los pazos que han sido reconvertidos en hoteles.

El cruceiro, emblema de Galicia, sirvió en otros tiempos para guiar a los peregrinos y para simbolizar la condición cristiana de un determinado territorio. Durante el Medievo fue cuando más se levantaron, destacando los de Teo, Noia, Fisterra, Pontevedra o el del Home Santo. Por lo general, los cruceiros se componen de una plataforma, un pedestal con diversos ornamentos alegóricos, un fuste, un capitel y la cruz.

Tan emblemático como el cruceiro es el hórreo, una especie de granero destinado a guardar y secar el maíz. Se calcula que en toda Galicia hay aproximadamente unos 100.000 hórreos y el tamaño de los mismos fue, durante mucho tiempo, indicativo de la riqueza de su dueño. En cambio, su estructura es casi igual. El cuerpo central, donde se guarda el grano aireado por rendijas longitudinales, es de base rectangular y se halla sostenido y aislado de la humedad y los ratones mediante pies o postes, llamados pegollos. En cuanto a la techumbre, a dos o cuatro aguas, ésta puede ser de paja, losas, piedra, pizarra o teja.

 

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