El Palacio de San Lourenzo de Trasouto, antiguo monasterio, se halla en las cercanías de la ciudad de Santiago de Compostela, detrás del robledal que también lleva el nombre del famoso mártir cristiano. El primitivo cenobio fue fundado en el año 1216 por el compostelano Martín Arias, Arzobispo de Zamora, siendo cedido en 1392 a la Orden de los Franciscanos por una bula del papa Bonifacio IX.

De la primitiva construcción románica subsisten restos del pórtico abocinado de la iglesia y algunos muros reforzados con el clásico sistema románico de contrafuertes unidos por arcos. Con la exclaustración, el monasterio quedó con un solo fraile, del que se afirma que profetizó el Dogma de la Inmaculada Concepción; más tarde, el edificio fue adquirido por la Duquesa de Medina de las Torres, que lo transforma en el actual palacio, embelleciendo el templo con enseres traídos del desaparecido Convento de San Francisco, de Sevilla.

La pieza más sobresaliente es, sin duda, el magnífico Retablo Mayor. Fue construido en el siglo XVI, empleando mármol de Carrara, por los genoveses Antonio y Giovanni Aprili y Pier Angelo della Scala, autores también de las estatuas orantes de los Marqueses de Ayamonte, Guzmán y Leonor Manrique de Castro, figuras de finos moldes y serena elegancia de las que se cuenta que Bécquer se inspiró en ellas para una de sus leyendas.

Cuando se derribó, en el año 1840, casi la totalidad del antiguo Convento Casa Grande de San Francisco, quedó un amplio solar donde se proyectó la actual Plaza Nueva de Sevilla y todos los edificios circundantes.