DE SEVILLA A FUENTE DE CANTOS (BADAJOZ)

Manuel Jesús Real (08/01/2006)


 

 

Las imágenes de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de las Angustias, establecida en el templo parroquial de Nuestra Señora de la Granada del municipio pacense de Fuente de Cantos, proceden del desaparecido convento sevillano de San Diego de Alcalá, de frailes franciscanos descalzos, donde llegaron en 1707 adquiridos por uno de los frailes en un taller de Sevilla.

Respecto al Cristo de la Misericordia, es un crucificado de tres clavos de modelado sumamente blando. El correcto estudio anatómico, huye de toda ostentación de tensiones físicas. El cuerpo pende muy relajado del crucero con los brazos muy horizontales, en los que casi no se resalta la musculatura. La cabeza, muy clásica, se inclina suavemente a la derecha, enmarcada por el cabello que se reparte a la izquierda en ondulado mechón, mientras va hacia atrás en el lado contrario.

El rostro del crucificado muestra una expresión de dolor calmada y sin estridencias. No tiene tallada corona de espinas. El torso es laxo, sin excesiva hinchazón del tórax. Las caderas aparecen bien pronunciadas, las piernas se cruzan simétricas, sin esfuerzo aparente y poca flexión. Se cubre con perizoma cordífero que deja ver la cadera derecha. Lleva moña a la derecha y se ciñe con plegados de poco claroscuro.

Se trata de una obra que recuerda mucho en su composición y detalles a las creaciones salidas del taller del escultor flamenco José de Arce, y concretamente de su discípulo Andrés Cansino, como es el Cristo crucificado de la Salud, titular de la hermandad sevillana de San Bernardo.

En cuanto a la imagen de la Virgen de las Angustias, es una obra de gran valor expresivo que figura a la Madre sentada sobre una peana e inclinada sobre el flácido cuerpo de su Hijo, que acaba de ser bajado de la cruz. María, de rasgos sumamente naturalistas, sobrecoge por la atroz tristeza que deja entrever en su llanto apenas contenido. Viste túnica rosada y manto azul, y cubre su cabeza con una toca rayada que se riza sobre su hombro derecho, asomando dos guedejas de pelo a ambos lados de la cabeza. Los pliegues del vestido, bien dispuestos, huyen de cualquier efectismo. Tan solo la moña de la toca hace alguna concesión a lo superfluo.

El Cristo que yace en el regazo de la Virgen de las Angustias descansa la parte superior del torso en la rodilla izquierda de la Señora. Su cabeza está sujeta con crispación por la mano de la dolorosa, mientras que el resto del cuerpo se desploma marcando un violento escorzo. Las piernas están flexionadas y vueltas atrás. Llama la atención que Jesús tenga traspasado el costado izquierdo en lugar del derecho.

 

 

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