MOZART MORIBUNDO POR RINALDO CARNIELO EN EL 230 ANIVERSARIO DEL COMPOSITOR

13/11/2021


 

 
 
Foto: Valéry Hugotte

 

Con motivo del 230 y del 100 aniversario del fallecimiento de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) y Camille Saint-Saëns (1835-1921), la Fundación de la Caja Rural de Jaén ha preparado un ciclo de música que tiene en su esencia en unir la música y el arte. Para ello han elegido tres espacios de singular belleza en la provincia de Jaén: el Teatro Cervantes de Linares, el Teatro Martínez Montañés de Alcalá la Real y el Teatro Darymelia de la capital jiennense, todos con un encanto especial. A principios del siglo XIX se empieza a consolidar el acto del concierto como encuentro social, ritual, elevado y espiritual. A principios del siglo XX, época de la que son los teatros seleccionados, dicho acto se encontraba en su momento de mayor esplendor.

Wolfgang Amadeus Mozart y Camille Saint-Saëns cuentan con varias analogías que ha hecho que la Fundación de la Caja Rural de Jaén los haya unido en este ciclo. Ambos fueron niños prodigio. Mozart con cinco años ya componía obras musicales y sus interpretaciones eran del aprecio de la aristocracia y realeza europea. Poseían oído absoluto, aquel que se caracteriza por reproducir una nota musical tan solo escuchándola, sin leerla. Mozart fue un excelente fortepianista, organista, violinista y director, y es hoy reconocido como uno de los más grandes genios musicales de la historia. La música de Saint-Saëns, que llego a ser considerado "el nuevo Mozart" es muy ecléctica, de un gran clasicismo, e incluso en algunas composiciones parte del Romanticismos medio con gran calidad de escritura. Fue también el primer compositor que escribió música pare el cine.

El pianista y compositor ubetense Ramón Grau Perales es el encargado de llevar a cabo el referido ciclo de música. Pese a su juventud, Grau ya ha ganado numerosos premios. Titulado por el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, amplía su formación en Budapest con Jandó Jenö.

Saint-Saëns llegó a vivir 86 años, sin embargo Mozart falleció con tan solo 35 años de edad por una enfermedad fulminante y todavía hoy no identificada. Una hipótesis reciente habla de envenenamiento casual por ingesta excesiva de antimonio para mitigar un estado febril que padecía el compositor, cuyos problemas de salud fueron constantes a lo largo de su corta vida. Sin embargo, la teoría más aceptada es que falleció por una infección que le provocó una insuficiencia renal, así como una bronconeumonía y una hemorragia intracraneal.

 

 
 
 
 
Fotos: Museo de Bellas Artes de Burdeos

 

En el Museo de Bellas Artes de Burdeos (Francia) se conserva una estatua titulada Mozart moribundo, labrada en mármol blanco con unas dimensiones de 148 x 170 x 90 cm, que representa al joven compositor en sus últimas horas, barbado y demacrado, casi desplomado en un sillón, con la cabeza apoyada en un cojín, a punto de expirar. Viste camisa de volantes, cubre su cuerpo con una manta de lana y su pie derecho descansa sobre otro cojín. La mano izquierda se apoya sobre una partitura. La cabeza, al estar girada a un lado y hacia atrás, permite ver claramente los ojos ya semicerrados y la boca ligeramente entreabierta, enseñando los dientes.

La melodramática obra fue realizada en 1877 por el escultor Rinaldo Carnielo (1853-1910) siguiendo la mejor tradición de la escultura funeraria italiana. Destaca la extrema precisión del artista a la hora de ejecutar los detalles: la textura afelpada de la manta de lana, el damasco del cojín sobre el que reposa la cabeza de Mozart, o las notas que figuran en la partitura y que se corresponden a su "Réquiem", pues según el testimonio del tenor y compositor Benedikt Schack, íntimo amigo de Mozart que estuvo presente en el momento de su muerte, en la víspera de la misma Mozart tenía la partitura del "Réquiem" sobre su cama al estar aún trabajando en ella, y no fue hasta unas horas antes de su fallecimiento cuando dejó la partitura a un lado.

Carnielo tuvo dificultades para conseguir el envío de esta obra a la Exposición Universal de París de 1878. De hecho, el delegado del gobierno italiano lo desestimó por considerarla demasiado lúgubre. Finalmente, el gobierno francés no solo accedió a su exhibición, sino que compró el modelo en yeso por 12.000 francos para ser ejecutado en mármol. La escultura final en mármol iba a ser expuesta en el Conservatorio Nacional de Música de París, sin embargo el retraso en las obras de restauración del edificio hizo que la obra, tras una primera propuesta en Toulouse, finalmente fuera trasladada en 1890 a Burdeos, donde en principio quedó instalada en el Gran Teatro para pasar luego al Museo de Bellas Artes.

Después de unos complicados inicios en los que realizó figuras de animales, estatuillas sobre asuntos amorosos y objetos de arte decorativo, con el Mozart moribundo Carnielo inició su tema favorito: la representación de lo trágico y lo macabro, que continuó con "Tenax Vitae", grupo donde un hombre aparece arrastrado por un esqueleto, o el ángel de la muerte que custodia la "tumba del príncipe Voroncov-Šuvalov" en el parisino cementerio de Montmartre. El tema fue explorado por escultores contemporáneos de Carnielo, como Henri Allouard ("Molière moribundo", 1882) o Pierre-Joseph Rambaud ("Berlioz moribundo", 1892). En todos los casos se trataba de perpetuar en piedra el paso de la vida a la muerte de un músico. Este gusto por la muerte fue habitual entre los artistas franceses de finales del siglo XIX: escritores como Baudelaire, pintores simbolistas como Gustave Moreau, y escultores como Rodin y su "Puerta del Infierno" o Camille Claudel y su "Cloto".

 

 
 
Foto: Bernard Blanc

 

FUENTES

RAPETTI, Rodolphe. Le Musée des Beaux-Arts de Bordeaux: guide des collections, Burdeos, William Blake, 1987, pp. 72-73.

 

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