LA VENUS DORMIDA DE PAUL DELVAUX

27/10/2009


 

 

El trabajo del artista belga Paul Delvaux (Antheit, 1897 - Veurne, 1994) combina la perfección heredada de los clásicos con unas atmósferas eróticas y pertubardoras, decididamente modernas. Aunque nunca fue un surrealista oficial, Delvaux ha sido siempre asociado con el grupo belga organizado en torno a René Magritte.

En La Venus Dormida, óleo sobre lienzo pintado en el año 1944 y conservado en la Tate Gallery de Londres, la plácida sensualidad de la diosa romana, desnuda y aparentemente dormida sobre un diván, contrasta con el opresivo entorno nocturno que tiene a su alrededor, con el patio de un templo clásico como escenario.

Algunos expertos justifican la presencia del esqueleto en la obra (que puede verse estos días en la exposición madrileña Lágrimas de Eros), referencia clara de la muerte, a la propia condición del sueño, simbolizado en la diosa durmiente, como estado del ser humano a medio camino entre la vida y la muerte.

Sin embargo, el propio Delvaux afirmó que el cuadro simbolizaba la angustia del pueblo en un conflicto bélico, de ahí el pánico que se adueña de todas las figuras, a excepción de la diosa Venus y de una curiosa figura femenina vestida con ropas anticuadas para la época, símbolo quizás de la ingenuidad o la ignorancia ante la desolación que se avecina en estas circunstancias, representada mediante la figura del esqueleto.

De hecho, con posterioridad a la ejecución de esta obra, Delvaux explicó que fue pintada en Bruselas durante la ocupación alemana, mientras la ciudad estaba siendo bombardeada. El pintor quiso expresar el terror de las gentes, introduciendo la figura de Venus como elemento de contraste, de calma ajena al drama que la rodea.

 

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