LA VIRGEN DEL CARMEN Y LAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO

P. Juan Dobado Fernández (O.C.D.) (31/10/2012)


 

 
 

La Entrega del Escapulario a San Simón Stock. Obra del siglo XVIII, de autor desconocido, que recibe culto en el Convento de San José (San Cayetano) de Córdoba.

 

Cuando llegan los días de preparación de los santos y los difuntos, hay miradas que se vuelven hacia esas láminas antiguas colgadas sobre las cabeceras de las camas, en las que la Virgen del Carmen intercede sobre las ánimas del purgatorio para alcanzar el paraíso. Ello será uno de los ejes de la devoción carmelitana.

Desde los siglos XIII y XIV, los laicos comienzan a pedir la participación en los bienes espirituales de la Orden del Carmen, conservando su condición de seglares en medio del mundo.

Hacia 1251 parece un suceso fundamental: la Entrega del Escapulario a San Simón Stock. Según esta tradición, dicho santo tuvo una visión de la Virgen que le entregaba el Escapulario con estas palabras: "Esta es una señal de salvación para ti y para tus hermanos: los que mueran vestidos con él se salvarán". El lugar de dicha aparición se sitúa en Cambridge o en Aylesford, en la noche del 15 al 16 de julio del referido año.

Aunque la forma de transmitir estos datos no se hizo con la veracidad que hoy acostumbramos, es tal la fuerza de este suceso que pronto se convertirá en señal de protección continua de la Virgen sobre la Orden. Aunque es común a muchas órdenes religiosas, en ninguna ha permanecido con tanta fuerza como en el Carmelo.

 

 
 

Detalle del cuadro de las Ánimas Benditas del Purgatorio. La obra es titular de la Hermandad Sacramental de la Parroquia de la Magdalena de Dos Hermanas (Sevilla).

 

Las palabras de María en la entrega del escapulario anuncian su intercesión en la hora de la muerte. Así nació el llamado Privilegio Sabatino. Su origen parte también de una visión de la Virgen a Juan XXII, en la que le promete la salvación y liberación del purgatorio a todos los carmelitas el sábado después de su muerte.

Y carmelitas son no sólo los que han hecho su profesión religiosa en el Carmelo, sino también los laicos que participan de los bienes de la Orden, los que visten su escapulario. Es decir, había que vestir el hábito, el escapulario (antes fue la capa blanca), observar la castidad según el estado propio, recitar las horas canónicas, practicar el ayuno y abstenerse de comer carne el miércoles y el sábado.

La fecha de la Bula Sabatina es el 3 de marzo del año 1322. Las condiciones de este privilegio encajan muy bien con la espiritualidad carmelitana, donde hay que honrar a María con la castidad según el estado propio, recordando que los que lo hacen son hermanos de la Virgen Purísima.

Los pontífices fueron aprobando y renovando esta bula en las centurias siguientes, poniendo de relieve el bien que hacía en el pueblo cristiano, como la bula Ex-Clementi del 12 de agosto del año 1530.

No pocas fueron las ocasiones en que, desde diversos lugares, surgían voces para que no predicasen los carmelitas este privilegio sabatino, confirmado y ratificado el 20 de enero del año 1613. Se permitía a los carmelitas predicar que los miembros de las cofradías puedan creer que, según el privilegio, la Virgen del Carmen los ayudaría con su intercesión y protección especialmente el sábado después de su muerte.

 

 
 

Fotomontaje de la Virgen del Carmen Coronada del Convento de San Cayetano de Córdoba con la talla de San Rafael del templo cordobés de la Merced y el relieve de las ánimas del purgatorio de Algodonales (Cádiz), obra de Cristóbal Ramos. Sirve para ilustrar el cartel de la procesión de la Virgen al cementerio cordobés de San Rafael el 1 de noviembre de 2012.

 

En las representaciones artísticas se especifica que la Virgen misma no podía sacar las almas del purgatorio, solo podía hacerlo por mediación de los ángeles. Y fue así como nació una ingente cantidad de obras de arte sobre la intercesión del Carmen por los difuntos. Artistas como Tiépolo, Espinal o Cristóbal Ramos han dejado magníficas muestras de la protección de la Virgen del Monte Carmelo en la hora de la muerte, recordando el lema del Escapulario: "En la vida protejo, en la muerte ayudo y después de la muerte salvo".

Este decreto fue insertado en el Índice de las Indulgencias bajo el pontificado de Inocencio XI, el 22 de marzo de 1678. Fue renovado bajo Pío X en el índice de 1908, y casi repetido por Pío XII, gran devoto del Carmen, en la carta apostólica Neminem Profecto Latet de 11 de febrero de 1950: "Ni la piadosísima Madre dejará de intervenir para que sus hijos detenidos en el purgatorio por sus faltas alcancen lo más pronto posible la patria celeste, por su intercesión, según el tan conocido privilegio sabatino transmitido por la tradición".

Por esa razón, en torno al día 1 de noviembre numerosas imágenes del Carmen realizan rosarios de ánimas o visitan el cementerio de su localidad, como este año 2012 la venerada imagen de Nuestra Señora del Carmen Coronada de Córdoba intercederá por los difuntos en el Cementerio de San Rafael de la capital cordobesa.

Las palabras del papa Pío XII se siguen haciendo realidad para los religiosos y devotos del Carmelo: "Después de aquel día, 16 de Julio de 1251, cuántas almas han debido -aun en circunstancias humanas desesperantes- su suprema conversión y salud eterna al Escapulario de que se han revestido. ¡Cuántas también, en los peligros de cuerpo y alma, gracias a él, han experimentado la protección maternal de María! La devoción al Escapulario ha hecho descender sobre el mundo una copiosa lluvia de gracias espirituales y temporales".

 

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