Los visitantes del Museo de Bellas Artes de Córdoba tienen una oportunidad única, hasta el próximo mes de junio, para disfrutar de una obra procedente de la colección privada García-Montañés.

Se trata de una Magdalena Penitente, pintada en torno a 1625 por Francisco Herrera el Viejo (Sevilla, hacia 1590 - Madrid, hacia 1656). La obra, que podrá disfrutarse en la sala III del mencionado museo, se inspira en un óleo sobre lienzo de Tintoretto (hacia 1598) conservado en los Museos Capitolinos de Roma.

Las representaciones de la Magdalena Penitente se acompañan de múltiples atributos. Dos de los más frecuentes que podemos ver en esta obra son el crucifijo y los libros.

El crucifijo, así como otros instrumentos de la Pasión como el tarro de los ungüentos, son símbolos de Redención y acompañan las meditaciones de la santa arrepentida. Los libros, para meditar los textos sagrados, acompañan las oraciones de la santa penitente y simboliza ciencia y sabiduría.

Respecto a la cueva donde se retiró la penitente, símbolo de su renuncia al mundo y de noche oscura, aparece claramente representada; pero lo más frecuente es un paisaje verdoso que evoca el "tremendo desierto", término que se interpretaba como retiro y abandono del mundo.

Además, de los fondos del mismo, se ha acompañado la obra con dos santos del Apostolado del Convento de Santa Clara, de Priego de Córdoba, que también realizara Herrera el Viejo hacia el año 1645.