#VIKINGPROJECT PROYECTO EN INSTAGRAM

José Francisco López (17/07/2014)


 

 

#vikingprojeCT
(léase con voz de introducción a una película de ciencia ficción serie B):

En 1975, la NASA iniciaba su Viking Project, lanzando una sonda espacial con destino Marte.
En 1975 se iniciaba la emisión en España de la serie de dibujos animados Vickie el Vikingo.
En 1975, la imaginación popular desarrollaba el mito ibérico de las hordas de vikingas invasoras en bikini de las vulnerables costas mediterráneas.

Esta extraordinaria conjunción de circunstancias influyó de manera desigual en varias generaciones de españoles, algunos de los cuales deciden, en el verano de 2013, relanzar el #vikingproject con dos nuevas sondas, destino Noruega, provistas de potentes armas smartphone, cuya misión principal será bombardearse mutuamente con i-mágenes de experiencias, más o menos sublimes, de la mítica #Guiriland. Inmediatamente, su guerra particular se tornaría universal, mediante el uso de la más temible arma de consumición masiva de i-mágenes jamás i-maginada: #instagram.

La red social Instagram ha pasado en poco tiempo de ser una modesta aplicacion para móviles a una potente red social para compartir fotografías de bastante más de 100 millones de "i-gers" activos por todo el mundo. La facilidad de uso y las cientos de aplicaciones de apoyo, así como la progresiva mejora de las cámaras de los dispositivos, la han convertido casi en una nueva manera de "ver" el mundo, casi una nueva categoría en el mundo de la Fotografía.

La "etiqueta" #vikingproject surgió espontáneamente durante un viaje a Noruega de dos grupos de amigos que utilizan habitualmente las cámaras de sus teléfonos y dispositivos móviles de manera "doméstica", sin ninguna finalidad más allá de la de comunicarse con imágenes. Muchas de ellas fueron "subidas" a Instagram, añadiéndoles esa "etiqueta".

Esta exposición, integrada dentro del festival multidisciplinar La Mar de Músicas de Cartagena (María del Mar Florenciano, José Francisco López, Moisés Ruiz y José Soto son los participantes de la muestra), no quiere ser más que un pequeño, o quizás no tanto, testimonio de aquel proceso, que empezó y terminó en Instagram hace diez meses (donde puede visitarse bajo el "hashtag" #vikingproject), y también ser un mínimo ejemplo de lo que se mueve alrededor de esta "red", todo ello en forma de una especie de "epifanía boreal", un tanto marciana y sin pretensiones, de las tierras noruegas.

 

 

Imprescindible el catalizador de energía fotográfica, el teléfono móvil, y en especial la depurada pastilla de cristal oscuro, el aifon, verdadero tótem de la postfotografía. ¿Postfotografía? Postfotografía porque se hace utilizando dispositivos surgidos después de la máquina fotográfica, donde la capacidad de hacer fotos es una más de las posibilidades que ofrecen. Pero... ¿sería entonces prefotografía la que se hacía antes del uso de la película en rollo? ¿Acaso no se trata siempre de producir imágenes utilizando la impresión de la luz, el pincel de la naturaleza al que aludía William Fox Talbot ya en 1844?

Puede, quizás, que se hable de postfotografía porque, a pesar de la inmediatez de obtención, la imagen no se comparte hasta después de pasar por un proceso más o menos importante de producción, nivelados varios, aplicaciones de filtros, enfoque, desenfoques y marcos, que dejarán nuestra insustancial foto tomada con el móvil convertida en una pieza única, surgida del mundo real para convertirse en una artificiosa creación personal, acaso mucho más real que el original puesto que, en la caverna fotográfico-platónica de la movilgrafía, aprendemos rápido a distinguir las sombras de su auténtica esencia invisible: basta con mover el corrector de sombras.

Las fotos del móvil, transfiguradas vía instagram, ya no nos ofrecen imágenes, sino la idea misma. Quizás sea necesario reivindicar un tipo de grafía normalizada para la expresión irónica.

He aquí la auténtica hierofanía de la fotografía, la manifestación de la idea, que se hace presente mediante la consagración instagrámica del i-cáliz aifon, vaso sagrado e imprescindible adminículo del homo fotográfico actual. El aifon como platónico conversor de sombras en ideas y, a partir de ahí, puente de comunicación entre el individuo y el todo. Hasta el infinito, y más allá.

Porque todo existe para ser fotografiado. Es la auténtica razón de ser de todo, revelada tras la popularización de los smartphones. Hoy la fotografía es una necesidad vital. Fotografío, luego existo. La incontinencia fotográfica virtual se ha convertido en la verdadera lengua franca universal. El homo fotográfico ha involucionado desde el lenguaje simbólico abstracto del alfabeto hasta la comunicación con imágenes. Pero esas imágenes no están exentas de manipulación simbólica. Y aquí puede aparecer la eterna cuestión: ¿es arte? ¿Esa incontinente verborrea fotográfica tiene la cualidad artística?... Ufff… Demasiado calor para una digresión conceptual de ese calado. Lo que sí está claro es que, utilizando los mecanismos adecuados, lo que no va más allá de

 

[modo artista contemporáneo off] mostrar las fotos del viaje de unos amigos que se fueron a Noruega y se mandaban fotos por el móvil,

 

se puede convertir en

 

[modo artista contemporáneo on] un proyecto en instagram que persigue reflexionar sobre la continua interactuación mediante las redes sociales en un contexto ajeno a la cotidianeidad.

 

Pero, volviendo al pensamiento lógico, el abuso de aplicación en nuestra experiencia vital de la conclusión silogística "fotografío, luego existo", puede conducir a estar sin ser, un vivir sin vivir en nos que puede hacer deseable la aplicación de otra máxima: "fotografío luego, existo", en un orden de preferencias imposible de aplicar para el homo fotográfico sin grave peligro de crisis existencial, incapaz de disociar la experiencia de su imagen.

Mientras, la imagen del ídolo infantil, Vickie el Vikingo, se aparece en la negra pantalla del aifon, y nos lleva a asomarnos a la lejana Guiriland, un lugar mítico de fiordos y calles limpias, con ventanas sin persianas, casitas de colores, de ánimos sublimes atraídos por el abismo, sol del norte, sombras alargadas, cabras amorosas, runas simbólicas y horizontes marinos.

Bienvenidos al Norte.

 

 

Del 17 de julio al 30 de agosto de 2014 en la Fotogalería La Ventana de Gras
(San Diego 40, Cartagena) Horario: lunes a viernes, de 10:00 a 14:00 y de 18:00 a 21:00 horas.

 

 

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