LA CUSTODIA DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL

José Guillermo Rodríguez Escudero (07/06/2012)


 

 

El artista de este extraordinario ostensorio, con la escultura de San Miguel Arcángel -Patrón de la isla canaria de La Palma- en el vástago, se inspiró en la custodia trinitaria ejecutada para los padres dominicos de la ciudad tinerfeña de La Laguna. Esta pieza, conocida por tener en el astil la figura de Santo Tomás de Aquino, inaugura en el Archipiélago Canario una nueva tipología de custodia, constituyéndose en un modelo a imitar. Otro tercer ejemplo es el ostensorio dominico de Tetramorfo que se conserva en la Iglesia de San Bernardo y San Telmo de la capital grancanaria.

Se trata de un tipo de gran manifestador escultórico de elevado tamaño y notable peso, cuyo cometido era la adoración del Santísimo Sacramento en los grandes tabernáculos creados por el barroco isleño. Se habían encargado en los monasterios más importantes y poderosos de las Islas a fin de prestigiar a sus órdenes, e incluso competir entre sí en el esplendor del culto eucarístico.

La Custodia de San Miguel -magnífica pieza de mediados del siglo XVIII- es de plata fundida, cincelada, grabada y sobredorada con carnaciones en su color. Sus medidas son 74 cm de altura; diámetros: 33 cm el sol y 25 cm el pie; y 27 cm el vástago. Según Pérez Morera se trata de una custodia solar portátil con la escultura en el astil de San Miguel que, a modo de atlante, sustenta con sus brazos un sol de rayos rectos y flameantes terminados en estrellas. Rodea al viril un cerco de querubines acompañado de sarmiento de vid -cuyos pámpanos y hojas se entrelazan con los rayos- y espigas de trigo que surgen del casco morrión del arcángel. Cuatro brácteas vegetales sobrepuestas con nervios perlados se disponen sobre el pie.

Encargada para el cenobio dominico de Santa Cruz de La Palma, la imagen triunfante del santo -con calzas a la romana, túnica corta y escudo y lanza en el brazo derecho- hace referencia al que era titular del convento, puesto bajo la advocación de San Miguel de La Palma o San Miguel de las Victorias. La elegante escultura del ser alado, levemente arqueada hacia atrás, sostiene equilibradamente el sol. Se sitúa sobre una peana en forma de jarra y, bajo sus pies, aparece enroscada la escamosa imagen del dragón apocalíptico. La capa ondeante al viento está cincelada con fino brocateado en oro -con tallos, granadas y flores de gran tamaño- sobre fondo granulado en plata en su color.

Los investigadores Gloria Rodríguez y Jesús Pérez Morera atribuyeron esta pieza al orfebre canario Ildefonso (Alonso) de Sosa, considerado uno de los plateros más importantes de la etapa del monarca Felipe V. Entre otras características, destacaban el diseño de gran elegancia y la cuidada técnica de cincelado. Al igual que ocurre con la custodia de La Laguna, ésta adopta igualmente idéntica solución en la sustentación del sol que apoya en los brazos alzados y no en la cabeza de la imagen, si bien otros elementos no guardan una relación tan patente. En un posterior estudio más detallado, Pérez Morera encuentra dudas razonables que le hacen reconsiderar su atribución: analizando detenidamente sus elementos decorativos, indica que la pieza ofrece innegables concomitancias con las creaciones de los plateros palmeros del segundo cuarto o mediados del siglo XVIII.

En el inventario realizado después de la supresión del convento de los dominicos, el 26 de abril de 1836, figura "vna custodia de plata sobredorada sostenida por un San Miguel que, con inclusión de sus cristales y tornillos de hierro, pesó once libras doce onzas". La clausura del cenobio hizo que pasara a formar parte del patrimonio de la Parroquia de San Blas de Villa de Mazo. El 10 de noviembre de 1836, el presbítero Francisco González exhibió en la vicaría eclesiástica de La Palma "20 pesos corrientes que, por vía de donativo o gratificación, entregaron la fábrica y cofradías del mismo lugar por los ornamentos, custodia, ciriales y demás muebles que se han asignado a aquella parroquia de los conventos suprimidos".

En la descripción hecha en julio de 1853 por el mayordomo de fábrica, se recoge la custodia, que hoy día preside la procesión del Corpus Christi de Villa de Mazo. Aparecen también otras dos, una muy antigua y otra más pequeña para el sagrario y vendida más tarde. En la misma se la cataloga como "grande de plata dorada para las primeras solemnidades del Santísimo, cuyo sol sostiene un Ángel del mismo metal".

 


 

BIBLIOGRAFÍA

Archivo Parroquial de El Salvador, Santa Cruz de La Palma, expediente instruido con motivo de la supresión del convento de Santo Domingo, Inventario, 26-IV-1836, leg. Dominicos, nº 115, f.5.

Archivo Parroquial de San Blas, Villa de Mazo, legajo de cuentas de fábrica, 1836, recibo, nº 14 Archivo Parroquial de San Blas, Villa de Mazo, Libro de Inventarios, año 1853.

Archivo Parroquial de San Blas, Villa de Mazo, Libro de Cuentas Parroquiales, Tomo I (1637-1882).

PÉREZ MORERA, Jesús. "Ostensorio dominico de santo Tomás. Alonso de Sosa y Salazar [1693-1766]", La Huella y la Senda, Islas Canarias, 2004.

- Ídem. "Ostensorio dominico de San Miguel", La Huella y la Senda, Islas Canarias, 2004.

- Ídem. "Platería en Canarias. Siglos XVI-XIX", Arte en Canarias [Siglos XV-XIX] Una Mirada Retrospectiva, Gobierno de Canarias, 2001.

RODRÍGUEZ, Gloria. "La Platería en La Palma (siglos XVI-XIX): Artífices y piezas. Aspectos jurídicos", Revista de Historia Canaria, nº 178, Universidad de La Laguna, 1996.

VELÁZQUEZ RAMOS, Cirilo. Historia General de Villa de Mazo, C.C.P.C., 1999. 

 

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