LA SOLEDAD DE SAN LORENZO (SEVILLA) Y EL PINTOR FRANCISCO RIBALTA

Miguel Ángel Castellano Pavón


 

 

Por escasos conocimientos que cada persona tenga sobre la Historia del Arte, bastaría una mirada superficial a lo largo de la misma para darnos cuenta de lo que ha significado la repetición de modelos entre civilizaciones muy distantes en el espacio y el tiempo. El recorrido por las salas de arqueología del Museo Provincial de Cádiz, por ejemplo, nos informaría, sin ir más lejos, de nuestro perímetro ciudadano.

Es una constante en las diferentes culturas el haber tomado como suyas diversas representaciones de iconos más antiguos que las posteriores tienen en falta (sincretismo). El exvoto a una deidad pagana, por ejemplo, bien podría representar a cualquiera de las Madonnas o Patronas cristianas. Este acontecimiento no es otro que el impacto de determinadas obras de arte en la mente de diferentes autores, o bien la coincidencia atemporal de modelos concretos, lo que, mencionando la vieja "Goetheana", se ha dado en llamar "sinfronismo", o sea, coincidencia espiritual de estilo, de modelo vital entre el hombre de una época y los de todas las épocas.

Es el caso de los famosos Esclavos, labrados por el genial artista italiano Miguel Ángel (1521-1534), más que presentes en el estilo y la composición del San Sebastián de Alonso de Berruguete (1537), hoy en día conservado en el Museo Nacional Colegio de San Gregorio (antiguo Museo Nacional de Escultura), de Valladolid.

Así mismo, el Laocoonte y sus Hijos (anónimo del siglo I a.C., perteneciente a la Escuela de Rodas) permanece en los modelos mesinos; para reafirmarlo, bastaría una mirada al Cristo de la Agonía (1622) de la Parroquia de San Pedro de Vergara (Guipúzcoa), Crucificado que tuvimos la ocasión de admirar en Andalucía con motivo de la grandiosa exposición Sevilla en el Siglo XVII (celebrada entre diciembre de 1983 y enero de 1984), en las salas del Museo de Artes y Costumbres Populares de la capital hispalense.

Por otro lado, la contemplación de Mercurio, obra del también italiano Giambologna (1564-1580), actualmente en el Museo Nazionale del Bargello (Florencia) nos remite directamente al San Gabriel Arcángel de Gregorio Fernández (1606), guardado en el Museo Diocesano de Valladolid.

Mi constante afán por ampliar conocimientos dentro de la Historia del Arte me ha llevado a profundizar en la escuela valenciana de pintura, y en concreto en la obra de uno de sus máximos exponentes: el catalán Francisco Ribalta. La lectura de la biografía que hizo el profesor Fernando Benito Doménech, profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de Valencia, fue suficiente: "Pintor entre dos siglos y maestro en dos maneras de concebir el arte, Francisco Ribalta (1565-1628) se sitúa entre las figuras más sobresalientes del Siglo de Oro español, pues, formado en las filas del manierismo mas grandilocuente de fines del siglo XVI, Ribalta halló, sin embargo, en la madurez de su estilo, la clave para representar la realidad con una emoción mística y sincera, que haría de su arte vehículo de acercamiento de lo divino y lo humano, en una síntesis entre lo verdadero y lo revelado, entre, lo visto y lo sentido, con el más sencillo (y, por tanto, el mas difícil ) de los lenguajes".

Entre sus obras, San Lucas (1625-1627, en la imagen superior, detalle), un óleo sobre lienzo (83 x 36 cm) del Museo de Bellas Artes de Valencia, acaparó poderosamente mi atención. Según Doménech, "se trata de una de las más singulares obras del pintor, no solo por su soberbia calidad, sino también porque probablemente en ella nos ha dejado su autorretrato" […] "El pintor ha utilizado una gama cromática muy reducida, a base de colores terrosos que ha aplicado mediante pinceladas extraordinariamente sueltas y fluidas. El rostro del evangelista constituye uno de los más subyugantes retratos de la pintura española del momento".

Según la tradición, San Lucas Evangelista pintó a la Virgen María. Pero, en el caso del mencionado óleo, ¿en quien se inspiró Ribalta? ¿Quién sería el modelo de tan afamado autor para representar a la Virgen? La similitud entre tal representación y la Virgen de la Soledad (imagen inferior), venerada en la Iglesia de San Lorenzo de Sevilla, me llevó a ponerme en contacto con la hermandad homónima que la tiene como titular. La visión angustiosa del "dejà vu" bergsosiano se hizo presente.

Francisco Almela Vinet, en su libro Historia de la Semana Santa de Sevilla y Descripción de las Cofradías que hacen Estación durante la misma a la Santa Iglesia Catedral (1899), nos describe a la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad como erigida a mediados del siglo XVI para la contemplación de las aflicciones, penas y angustias que sufrió la Santísima Virgen en su tristísima Soledad. Existen documentos que acreditan la visita del monarca Felipe II, en su estancia en la ciudad de Sevilla (mayo de 1570), a la Dolorosa por ser "imagen devotísima". Hacia 1579, la Virgen de la Soledad cerraba los desfiles procesionales de la Semana Santa sevillana. Sus rasgos morfológicos nos hacen pensar en los albores del siglo XVII. Dado el auge de la imprenta, que ya funcionaba a pleno rendimiento, era normal entre pintores y escultores poseer colecciones de estampas o grabados que ayudaban a la hora de realizar sus encargos. O bien pudiéramos pensar en un posible viaje del autor a la ciudad de Sevilla, la segunda Roma para las artes sacras.

Una vez realizado el contacto con la Cofradía de la Soledad de San Lorenzo, la inmediata respuesta por parte del Secretario Primero de la Hermandad no se hizo esperar. El resultado fue claro y unívoco. Respuesta que hoy reproducimos y esperamos sirva como base a posteriores investigaciones: "Hemos recibido con gratísima sorpresa su atenta carta en la que nos hace saber su opinión sobre el cuadro de Ribalta que recientemente contempló en Valencia y en el que, es evidente, el parecido de la Virgen en él reflejada, con la titular de esta Pontificia y Real Hermandad Sacramental, María Santísima en su Soledad. Toda la información por ud. facilitada la hemos puesto en conocimiento de nuestro archivero, D. Álvaro Pastor Torres, licenciado en Historia del Arte, por si pudiera encontrar alguna vinculación de dicho pintor con nuestra hermandad".

 

 

Fotografía de la Virgen de la Soledad de Roberto Villarrica

 

Nota de La Hornacina: Miguel Ángel Castellano Pavón es Licenciado
en Filosofía y Letras y Miembro del Voluntariado de Patrimonio.

 

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