Radicada en Madrid, Talleres Caderot fue una de las empresas de objetos litúrgicos surgidas en la posguerra española para reponer el gran número de piezas sacras perdidas en la Guerra Civil.

Al igual que otros obradores de la misma índole, caso de los valencianos Peris o de los también madrileños La Fortuna o Santarrufina, proporcionaba tallas religiosas por un bajo coste a una clientela mayormente formada por parroquias, hermandades y asociaciones cuyo patrimonio religioso había quedado mermado o totalmente destruido por los disturbios acaecidos entre los años 1931 y 1936, y dada la escasez económica de la época, no disponían de recursos para encargarlas a un autor de prestigio.

La Casa Caderot contaba con la colaboración de varios artistas para la ejecución de esculturas sacras que, una vez concluidas, eran puestas a la venta en el establecimiento. Según Rafael Espadas, antiguo hermano mayor de la Cofradía de la Dolorosa de Santiago (Ciudad Real), su imagen titular, adquirida en 1942 a los Talleres Caderot, fue ejecutada por un imaginero sevillano, aunque no se menciona el nombre del mismo.

Conviene señalar que, frente a una mayoría de obras mediocres y de escultores contratados de escaso talento, en ocasiones salían de este tipo de talleres piezas de notable interés artístico y entre su personal contaban con figuras de probado mérito. Es el caso de Luis Ortega Bru, que trabajó para Santarrufina y los Talleres de Arte Granda, aunque el origen de éstos últimos no se encuentra en la posguerra sino en la renovación del arte religioso que tuvo lugar a partir de la segunda mitad del siglo XIX.

Una de las piezas más famosas realizadas por la Casa Caderot fue la Virgen de Gracia y Esperanza, titular mariana de la malagueña Cofradía de los Estudiantes.

Su dulce y sereno semblante, pese a tratarse de una Dolorosa, se justifica por el expreso deseo de la corporación de que la imagen se labrase a imagen y semejanza de la Virgen de los Remedios, talla gloriosa del Setecientos que entre 1947 y 1948 fue procesionada por los Estudiantes, de ahí el parecido que muestran ambas obras, sobre todo antes de que la Virgen de Caderot, de anatomía más esquemática que la Patrona de los Santos Mártires, fuese retocada décadas después por los artistas Carlos Valle Hernández (1991), Ángel Rengel (1993) y Juan Manuel García Palomo (1993), quien le aplicó una nueva policromía.