LA ESCUELA SEVILLANA DE IMAGINERÍA EN LA SEMANA SANTA DE CÁCERES

18/04/2007


 

 

Al igual que sucede en otras ciudades extremeñas como Badajoz, Mérida o Jerez de los Caballeros, la vecindad del territorio y la popularidad alcanzada por la imaginería andaluza a lo largo del siglo XX, especialmente en lo que concierne a los usos y maneras de la escuela sevillana, ha motivado que hayan sido varios los encargos recibidos por los escultores afincados en la capital hispalense con destino a la Semana Santa cacereña.

Buen ejemplo de ello lo tenemos en la Cofradía Penitencial de la Sagrada Cena y Nuestra Señora del Sagrario, que entre 1995 y 2005 ha visto modeladas todas sus imágenes procesionales a cargo de Antonio Dubé de Luque. El paso de misterio es, sin lugar a dudas, una de las obras más ambiciosas del escultor, pintor y diseñador sevillano, quien ha tallado en madera policromada para vestir la imagen del Señor de la Eucaristía (1995) y los doce apóstoles: Juan y Judas Tadeo (1995), Santiago el Mayor (1996), Pedro (1997), Bartolomé y Felipe (1998), Mateo (1999), Andrés (2000), Santiago el Menor (2001), Simón (2001), Tomás (2003) y Judas Iscariote (2005).

Resulta original la expresiva composición de una escena en la que Jesús se aparta de la mesa para bendecir el pan y, de camino, anunciar la traición de uno de los presentes, lo que provoca que varios de los apóstoles se reúnan a su lado e incluso algunos se arrodillen, asombrados, para saber de quién se trata. Respecto a la hechura mariana, es también de vestir y fue labrada por Dubé de Luque en 1998.

Por su parte, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Expiración y Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, que saca en procesión un interesante Crucificado gótico provisto de faldellín de tejido natural, posee una Dolorosa titular, que desfila sin palio, labrada por el imaginero sevillano Ángel Luis Schlatter Navarro (2003). Se trata de una bella efigie de candelero, de mirada frontal y finos rasgos que, al igual que su atavío, se encuadran dentro del más puro estilo sevillano contemporáneo.

 

 

Otro artista coetáneo, Francisco Berlanga de Ávila, realizó para la Cofradía del Cristo de las Batallas y María Santísima de los Dolores la efigie de Nuestra Señora del Buen Fin y Nazaret a partir de una mascarilla del siglo XVII que el imaginero restauró y repolicromó. Es procesionada por la corporación el Sábado Santo.

Comentario especial merece la imagen del Señor de la Columna, titular de la Cofradía del Cristo del Humilladero y la Santísima Virgen María Corredentora. En este caso, no hablamos de una talla moderna, sino de una efigie del barroco sevillano de la segunda mitad siglo XVII, de gran valor artístico pese a sus desafortunadas restauraciones. En Cáceres se cataloga como obra de Pedro Roldán, aunque desde nuestro punto de vista su contraposto, el modelado de las facciones y el peculiar acabado de cabellera y barba casan mejor con el estilo de José de Arce, maestro flamenco emigrado a Sevilla cuyo estilo influiría decisivamente en Roldán.

Por último, mencionar la talla de Jesús de la Salud que el escultor carmonense Miguel Ángel Valverde Jiménez se encuentra realizando para la joven Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Salud en su Injusta Sentencia y María Santísima de la Estrella, la cual será bendecida de cara a la próxima Semana Santa del año 2008. También corresponderá a Valverde Jiménez la ejecución del resto de las figuras de la hermandad.

 

 

Fotografías de Inmaculada Hernández Paz, Luis Cid Cabezas, Fernando Montes Macías y Alfonso Polo Haccart para la Unión de Cofradías Penitenciales de Cáceres.

 

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