SAN NICOLÁS DE BARI POR JUAN PASCUAL DE MENA

Con información de Juan Manuel González Cembellín (06/12/2020)


 

 
 
Foto: Hermien

 

San Nicolás de Bari es un santo muy vinculado con los pescadores y los marineros, por lo que no es de extrañar que en la provincia vasca de Bizkaia/Vizcaya haya numerosas parroquias y ermitas que lo tienen como titular, tanto en la zona de la costa -Bilbao, Getxo o Muskiz-, como en el interior -Gordexola o Izurtza-, aunque la realidad es que en Bizkaia el mar nunca está muy lejos.

En estos templos, el retablo mayor está presidido por el santo que fue obispo de Myra. Pero también hay retablos menores dedicados a San Nicolás de Bari en otras iglesias: en la bilbaína de San Pedro de Deusto fue labrado hacia 1545 por el taller de Guiot de Beaugrant, una de las grandes figuras del Renacimiento vasco, y en la de San Emeterio y San Zeledonio de Goikolexea, aunque el retablo lamentablemente se perdió, aún se conserva la imagen titular, una bella pieza barroca aunque bastante deteriorada.

Igualmente hay tallas sueltas de San Nicolás de Bari en otros templos, como el Convento de Santa Clara de Balmaseda, la Iglesia de Santa María de Lekeitio y la de los Santos Juanes de Bilbao, aunque ésta última fue trasladada al Museo de Arte Sacro de la ciudad.

Pero quizás más curiosas que las esculturas sean otras piezas relacionadas con San Nicolás de Bari: hay relicarios en Santa Eufemia de Bermeo o en San Andrés de Sukarrieta, y en San Juan de Muskiz la campana más grande, de 770 kilos, fue dedicada al santo en 1766.

De todas las representaciones queremos destacar la talla que preside el retablo mayor del templo de San Nicolás en Bilbao. En este caso, el Ayuntamiento bilbaíno no solo buscó al mejor escultor de esos años, sino que además le hizo trasladarse a la capital vizcaína, no fuera a ser que las imágenes se deterioraran durante el transporte desde Madrid, y le pagó por ello una fortuna para la época: 57.620 reales, lo que venía a ser el equivalente a más de 20 años de trabajo de un maestro carpintero.

Juan Pascual de Mena (Villaseca de la Sagra, Toledo, 1707 - Madrid, 1784) fue el escultor elegido. Profesor de arte de Escultura y uno de los de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, de la que llegó también a ser director, culminó el encargo con verdadera brillantez.

El de San Nicolás es uno de los mejores conjuntos escultóricos de Bizkaia, un grupo de 17 imágenes talladas entre 1754 y 1756 a caballo entre el rococó y el academicismo neoclásico, del que el escultor llegaría a ser uno de los más destacados representantes, con obras como la popular fuente de Neptuno en Madrid.

Su personal estilo es perfectamente reconocible en las tallas bilbaínas -algunas con las dimensiones propias del natural y otras incluso de tamaño superior-, para las que contó, en las labores de policromía, con la colaboración de José López Perella. Pliegues amplios, abultados y quebrados, movimiento contenido, belleza apolínea, dulzura... En el caso de San Nicolás de Bari, hablamos no solo de la más imponente de todas -al ser el titular del templo y presidir el retablo mayor-, sino quizás también de la más teatral del conjunto.

Respecto a sus retablos, parece que Diego Martínez de Arce realizó las trazas para el retablo mayor y colaterales de la iglesia, aunque hay diferencias visibles entre el diseño original y la obra finalmente ejecutada. De la ejecución material se hizo cargo Juan de Iturburu -algunas veces en solitario y otras con la colaboración de Juan de Aguirre-, que también corrió a cargo de la ejecución de los púlpitos.

San Nicolás de Bari, de largos cabellos y barba agitada por el viento, aparece vestido de pontifical con el alba, la mitra y la capa pluvial policromada con ramos de flores, llevando el libro y las tres bolas, y con ropajes más movidos que en el diseño original, que lo mostraba más estático y frontal. El báculo episcopal es sujetado por un ángel que revolotea sobre su figura. Se acompaña de las tres figuras de los llamados "niños resucitados", desnudos y en actitud de dar gracias por el milagro del santo, que milagrosamente los devolvió a la vida después de ser despedazados y puestos por su padre, que era posadero, en una tina llena de sal con la intención de preservarlos y dárselos de comer a sus clientes.

Anciano de rostro sonriente y barbado, el santo procede con los dedos índice y corazón de su mano izquierda al acto de bendecir. La de Juan Pascual de Mena es una representación que podemos poner en relación con la imagen de San Nicolás de Bari en la iconografía oriental en donde alcanzó gran difusión. Las tres bolas de oro aluden a las tres bolsas de monedas del mismo metal relacionadas con otro de los milagros del santo: el de las doncellas a las que San Nicolás de Bari proporcionó la dote necesaria para su matrimonio evitando así que su padre las hiciese prostituirse para obtener el dinero, como era su intención.

Parece que, al solicitársele que realizara las imágenes en el templo, la estancia de Juan Pascual de Mena en Bilbao cundió mucho, ya que, además de la magna obra para San Nicolás, realizó las tallas de San Roque, San Sebastián y San Antonio de Padua para la Iglesia de San Antón y, se dice que fue el autor de los retablos de la basílica de la patrona de Vizcaya, Nuestra Señora de Begoña, que desaparecieron durante la guerra carlista.

 

NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA

Juan Manuel González Cembellín es director del Museo de Arte Sacro de Bilbao.

ZORROZUA SANTISTEBAN, Julen. "Las trazas de Domingo Martínez de Arce para los retablos de la iglesia de San Nicolás (Bilbao)", en Revista del Departamento de Historia del Arte y Música de la Universidad del País Vasco, nº 1, 2011, pp. 113-114.

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com