EL ÉXTASIS DE SANTA TERESA DE BERNINI

15/10/2012


 

 

Lo teatral es una característica del Manierismo y el Barroco. A la escenografía estructural se añade la decorativista, que llega en ocasiones a fundirse en un todo lúdico y festivo. Roma es la ciudad que mejor resume el paisaje urbano del Barroco, y Gian Lorenzo Bernini es su máximo artífice.

Dentro de los espacios de habitar o cultuales se crearon ámbitos para el deleite o para la representación sacra. El llamado "theatrum sacrum" berniniano es el que mejor definirá la teatralidad barroca. Destaca sobre todo la solución espacial de la capilla Cornaro en la iglesia romana de Santa Maria della Vittoria, en la que Bernini representa el Éxtasis de Santa Teresa (1645-1652) como si se tratara del escenario de un teatro, incluyendo dos palcos con miembros de la familia comitente.

El anticlasicismo que impone el estilo manierista, patente en detalles como la ruptura del equilibrio, la distorsión y el canon alargado de las figuras, se atemperará en las formulaciones barrocas, mucho más serenas y clásicas. Así, Bernini, en sus primeras obras para el cardenal Scipione Borghese, si bien utiliza un movimiento helicoidal ascendente, deudor de Giambologna, vuelve al canon clásico en las proporciones de las figuras y al punto de vista único miguelangelesco, pues aunque trabaja la escultura por todos sus lados, tanto el Apolo y Dafne como, sobre todo, el David, imponen un ángulo visual principal.

En esta abstracción se inicia, precisamente, el diálogo entre los sentimientos internos y su formulación externa, que alcanza su culminación en la Santa Teresa del grupo escultórico de la capilla Cornaro, donde la convulsión interna se plasma en los desordenados ropajes de la santa. Bernini busca a lo largo de su obra un todo dinámico, unitario y en comunión con el espectador, ya sea como actor -el David-, ya sea como espectador -la Beata Ludovica Albertoni o Santa Teresa- del "theatrum sacrum".

Encontramos relación entre el rostro de Santa Teresa y el de la figura femenina de Júpiter e Io, cuadro de Antonio Allegri, llamado el Correggio. En dos modelos de Giulio Romano, Psique Raptada por Céfiro, en la bóveda de la sala de Psique del Palacio del Té, o El Nacimiento de Baco, conocido solo por su versión de taller conservada en el Museo Getty de Malibú, la figura femenina presenta una cara sensual, de un erotismo que prefigura la Santa Teresa berninesca.

Rafael, la estatuaria clásica y manierista, y la pintura del clasicismo boloñés influyeron en el polifacético Bernini, en cuya época los altares, situados principalmente en las capillas laterales y en los extremos de los cruceros de las iglesias, se convierten en vehículos transmisores de la grandeza de los santos, así como en receptores de la cada vez más amplia iconografía contrarreformista.

 

 

FUENTES

TRIADÓ TUR, Joan Ramon. "El espectáculo de las formas. El arte manierista, barroco y rococó. 1527-1580", en Ars Magna, 2011, pp. 77, 133, 137, 150 y 170.

 

 

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