Esta obra del afamado pintor catalán Joan Planella (Barcelona, 1850-1910), titulada La Nena Obrera (La Niña Obrera), ha sido recientemente adquirida en subasta por el Museu de Historia de Cataluña (Museu d'Història de Catalunya) para integrarla en el futuro a su exposición permanente.

El acto de presentación de la obra, celebrado ayer a las 19:00 horas, ha corrido a cargo de la profesora Àngels Caba, que habló sobre el trabajo infantil en Cataluña durante la Industrialización a pie de obra. La pintura, realizada al óleo sobre tela (67 x 54,7 cm), se podrá visitar hasta el próximo 14 de julio

El cuadro, que representa con gran detalle a una niña anémica trabajando en un telar, es uno de los más emblemáticos para ilustrar el trabajo infantil en la industria textil catalana y constituye una segunda versión de otro que, sobre el mismo asunto, también hizo su autor, premiado con la Tercera Medalla de la Exposición Nacional de Bellas artes de 1884, y que figuró en la exposición Universal de Barcelona de 1888.

Las diferencias entre las dos versiones son mínimas y se circunscriben, según Agustí Alcoberro, director del Museo de Historia de Cataluña, a tres elementos: las medidas -menores en la última versión-, la técnica -más definida y acabada en la primera- y el colorido -algo más alegre en la segunda-. 

La industria textil fue el principal sector industrial en la Cataluña de finales de siglo XIX. Esta creación de Planella es, por tanto, una imagen antológica del trabajo infantil en las fábricas de aquel tiempo. Curiosamente, como obra pictórica, no ha sido nunca expuesta al público de forma estable hasta la fecha.

Esta versión fue presentada en la Exposición Universal de Chicago de 1893, ingresando ese mismo año en el Museo de Arte de Sant Louis -tras ser adquirida por la Fall Festivities Association de Saint Louis- como parte de la Washington University Collection. El museo estadounidense dio de baja la obra, que acabó siendo vendida en subasta en 1945. Es entonces cuando, probablemente, volvió a España a manos de un coleccionista privado. El museo catalán la adquirió el pasado diciembre en la casa de subastas barcelonesa Balclis.