EL SAN FRANCISCO DE ASÍS DE LA CATEDRAL DE TOLEDO

04/10/2006


 

Hijo de un rico comerciante, Francisco de Asís (1182-1226) se dedicó a la predicación y a la caridad al servicio de Dios, fundando las tres Órdenes de Franciscanos y extendiendo su acción por países como España, Egipto o Palestina. Llegó a convertirse en una de las personalidades más celebradas de la Edad Media, siendo elogiado por el propio Dante, y sus Cánticos son de una singular belleza.

Por el gran amor que profesaba a la figura de Cristo y a los prójimos, a Francisco de Asís se le conoció como El Serafín, y a sus Órdenes se las llaman Seráficas. Según cuenta la tradición, dos años antes de morir, mientras practicaba un ayuno de 40 días en honor del Arcángel San Miguel, recibió del Cielo el singular privilegio de tener impresas en su cuerpo las Cinco Llagas de Jesús Crucificado.

La impresionante obra de Pedro de Mena que se conserva en la Catedral de Toledo no es una representación viviente del santo, sino de su cuerpo incorrupto tal y como fue descubierto en el sepulcro tiempo después de su muerte. Labrado en el año 1663, San Francisco de Asís aparece con la mirada, lógicamente sin visión, elevada hacia el cielo. La imagen es de talla completa, presentando el hábito de su Órden severamente esculpido y policromado en la madera, con las manos ocultas bajo las mangas y la cabeza cubierta con una capucha. Como elementos postizos, muestra ojos de vidrio y pestañas superiores postizas. La mística composición de Mena se inspira en varios modelos de su maestro Alonso Cano que él mismo llevó a la madera, caso del San Diego de Alcalá o el San Antonio de Padua.

La festividad de San Francisco de Asís se celebra el 4 de octubre, mientras que la Impresión de los Estigmas posee una conmemoración propia en el calendario litúrgico cada 17 de septiembre.

 

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