EL CRISTO DEL MAYOR DOLOR DE ANTEQUERA

Con información de Jesús Romero Benítez (18/10/2012)


 

 

La imaginería de la Semana Santa antequerana representa, en buena medida, un importante capítulo del arte andaluz cofradiero, con piezas escultóricas que abarcan una secuencia temporal de cuatro siglos.

Se trata de unas imágenes que, cuidadas por el afecto y la devoción del pueblo y de sus propios cofrades, se han conservado sorteando toda clase de vicisitudes (guerras, revoluciones, incendios fortuitos, acción de los agentes naturales, olvido y abandono de ciertos periodos), llegando a nuestro tiempo con importantes transformaciones, fruto del deterioro producido por el uso cultual como por los cambios del gusto estético.

La serie cristífera entraña, en general, un mayor interés artístico, como es lo habitual en el resto de los núcleos andaluces, ya que se trata casi siempre de esculturas completas. Las Dolorosas, por el contrario, aun llegando a modelos de gran belleza, son en la mayoría de los casos imágenes de vestir, lo que reduce la intervención del artista a la cabeza y ambas manos.

 

 

Al escultor Andrés de Carvajal pertenecen tres esculturas de Cristo que se engloban en el tema de la Flagelación pero con diferentes iconografías: el Cristo atado a la columna, del Convento de Belén; el Cristo recogiendo la túnica (Cristo del Mayor Dolor) de la Colegiata de San Sebastián; y el Cristo recostado tras ser flagelado del Convento de Capuchinos, esta última desaparecida en la Guerra Civil.

De todas ellas la que concita mayor veneración del pueblo antequerano es el Cristo del Mayor Dolor, que realizó y donó Carvajal en 1771 a la Colegiata de San Sebastián. El momento de la Pasión que representa no es muy habitual en la imaginería andaluza, siendo su precedente más inmediato un Cristo de similar iconografía que era obra de José de Mora y se perdió en el incendio de la iglesia granadina de El Salvador.

Esta escultura antequerana del Cristo del Mayor Dolor, titular de la cofradía del mismo nombre, vio extenderse su devoción a través de una serie de estampas grabadas, que el propio cabildo colegial encargó y difundió, siendo la más célebre la del famoso burilista Manuel Salvador Carmona.

Recientemente el artista antequerano Adrián Sarmiento la ha reproducido (imágenes inferiores) empleando la técnica del óleo sobre lienzo (25 x 30 cm) para una colección particular.

 

 

 

Fotografías de la escultura de Alejandro Cerezo

 

FUENTES: A.A.V.V. Semana Santa en la Provincia de Málaga, 1994, pp. 80-82.

 

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