CÁDIZ, CIUDAD CONSTITUCIONAL (1812-2012)

IGLESIA DE SAN ANTONIO

 

Con motivo del Bicentenario de la Proclamación de la Constitución de 1812 y el nombramiento de Cádiz como Capital Iberoamericana de la Cultura en 2012, se realiza este especial en el que haremos un repaso por el valioso patrimonio de la ciudad andaluza. Los mejores historiadores e investigadores sobre la ciudad, junto con nuestras modestas aportaciones, darán forma a un reportaje dividido en 20 entregas que podrán consultar también en la sección Atajos del portal, donde quedará definitivamente inserto una vez concluido.

 

 

Esta iglesia tiene sus orígenes en una ermita que existía en el mismo lugar, entonces denominado Campo de la Jara. El edificio actual, inaugurado en 1669, posee planta de cruz latina con tres naves. Ha sufrido diversas reformas, en épocas posteriores, siendo la de mayor entidad la de mediados del siglo XIX.

La fachada principal, abierta a la Plaza de San Antonio -junto a la Calle Ancha (la vía más importante del centro histórico), el eje en torno al que se desarrolla la expansión de Cádiz durante los siglos XVII y XVIII, como refleja su urbanismo de calles bien alineadas- es de gran vistosidad por las dos altas torres que la enmarcan y responde a la reforma de 1858, si bien el último cuerpo de éstas es de mediados del siglo XX y está centrada por una interesante portada barroca labrada en piedra arenisca hacia 1730. Sobre el vano de acceso se sitúa una hornacina con imagen en mármol de San Antonio. Una profusa decoración complementa su estructura, original dentro del barroco gaditano al estar muy relacionada con obras de la escuela sevillana del XVIII localizadas en Arcos de la Frontera.

El retablo mayor de la Parroquia de San Antonio, en madera policromada imitando mármoles, es obra academicista y fue levantado en 1856 por Manuel García del Álamo, quien se basó en un diseño de finales del XVIII. La hornacina principal está presidida por la Virgen del Patrocinio y en las calles laterales se sitúan las de San Antonio y San Francisco de Paula, todas tallas policromadas relacionables con Pedro Roldán y pertenecientes al anterior retablo mayor, realizado por Juan González de Herrera en 1679.

En el lado del evangelio nos encontramos, entre otros retablos, con el del Cristo de la Columna -talla de Jacinto Pimentel (1660) con columna mexicana de plata, cincelada en la segunda mitad del XVII-, del año 1671 y atribuible a Juan González de Herrera, y uno pequeño, de finales del XVII, con mesa de mármol genovés y dos tallas policromadas de San José y San Juan Bautista, relacionadas con Luisa Roldán.

La capilla bautismal se cierra con reja de madera tallada y torneada, de la segunda mitad del XVII, y está presidida por el Crucificado de las Aguas, obra italiana en madera policromada del XVIII. Respecto a la capilla del Sagrario, se inició en 1868, según un proyecto de Fernando Ortiz Vierna que evoca modelos florentinos del Quattrocento. En la zona superior de dicha capilla se dispone una serie de tondos que albergan un Via Crucis, cuyas estaciones son relieves de mármol blanco, identificados con los realizados a inicios del siglo XVIII por Giacomo Ponsonelli para el atrio del Convento de Capuchinos.

En el lado de la epístola hay un retablo rococó de madera policromada, imitando mármoles, de mediados del XVIII y relacionado con Gabriel de Arteaga. La hornacina del banco contiene una talla de Santa María Magdalena de Pazzi, obra italiana que fue titular de la antigua cofradía de florentinos. Ocupa la hornacina principal la Virgen del Mayor Dolor, un candelero del XVIII vinculado a la escuela levantina.

También en el lado de la epístola, se abre una puerta por la que se accede a la capilla del Patrocinio y al patio. Junto a la puerta de acceso se encuentra la Virgen de la Soledad, candelero del XVIII. La capilla del Patrocinio fue construida en 1764 bajo la dirección artística de José Francisco Badaraco, quien también debió realizar las trazas del retablo. La Virgen titular es del año 1763 y fue tallada por Pedro Laboria y policromada por Bernabé Nicolás Fernández. El patio fue reconstruido en 1871 según diseño de Ortiz Vierna, quien también diseñó, en 1874, el retablo de mármoles de colores que preside el conjunto y alberga el Nazareno de los Desamparados (siglo XVIII) conocido popularmente como "Señor del Patio".

El púlpito, decorado con taraceas de mármoles, es obra de mediados del XVIII, al igual que su tornavoz, realizado en madera tallada y dorada. En el coro hay un órgano cuya caja es neoclásica y data de mediados del XIX. En la sacristía hay varios lienzos de interés: un Crucificado de mediados del XVIII que imita a Zurbarán; las Ánimas del Callao, obra mexicana del XVIII; Niño Jesús Dormido del estilo de Cornelio Schut; dos pequeños óleos atribuibles a Domingo Martínez, y una Trinidad enmarcada por una estructura neoclásica de mármol, diseñada en 1798 por Torcuato Benjumeda y encargada por el Ayuntamiento para situarla en la fachada de la iglesia como recuerdo de las predicaciones del Beato Diego de Cádiz.

 

 

Fotografías de Salinas y José Luis Polo para www.enfocando.es

 

FUENTES: ALONSO DE LA SIERRA, Lorenzo y Juan, POMAR RODIL, Pablo y MARISCAL,
Miguel Ángel. Guía Artística de Cádiz y su Provincia (I), Cádiz, 2005, pp. 125-129.

 

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