VICENTE TENA FUSTER, UNA OBRA DESCONOCIDA

04/06/2025


 

 

La Cofradía de Santa Lucía de Puerta de Arenas, en el municipio jiennense de Campillo de Arenas, celebra este año 2025 el 125 Aniversario de su fundación (1900-2025). Ante tal efeméride el historiador del arte Juan Manuel Romero Vega presentó el pasado domingo 1 de junio el libro Santa Lucía, Historia-Iconografía-Devoción, haciendo una semblanza sobre la figura de Santa Lucía. En dicho trabajo el autor aborda la hagiografía de la santa, la representación iconográfica en el arte cristiano al igual del culto en algunas zonas de Europa y España, para finalizar centrándose en la imagen titular de la cofradía y en el autor de la misma.

Durante años de investigación Romero Vega ha rescatado del olvido al autor de la obra: el valenciano Vicente Tena Fuster (1861-1946). El punto de partida fue posible gracias al "Catálogo Ilustrado" del año 1902 de la Casa Tena que le puso en el rastro de las publicaciones de investigadores Pedro Jaime Moreno de Soto y Juan Bautista Tomos Capilla, fundamentales para conocer al artista. Además del análisis comparado de estilemas de obras de la producción escultórica de Tena Fuster que hicieron posible catalogar la imagen de la ermita de Puerta de Arenas.

El 17 de abril de 1904 la Cofradía de Santa Lucía de Puerta de Arenas, tal como señala en su Libro de Actas, acuerda de forma unánime la adquisición de una nueva imagen debido al mal estado de la existente. Sin embargo, dicho documento no aporta ninguna información sobre la autoría de la obra, será el Libro de Cuentas de la Cofradía, concretamente el folio dieciséis con fecha de 26 de diciembre de 1904 el que justifique el pago al artista:

 

"Importe de la Virgen 258,02. De las 195 pesetas de existencias hay entregadas para el pago de la imagen 140,02. Quedan en existencias 55,06. Se le adeudará al Sr. Tena por la referida imagen 118,00".

 

En el arte religioso del Jaén de la segunda mitad del siglo XIX nos encontramos con una fuerte influencia de los artífices valencianos. La centuria que abarca de 1850-1950 podemos apreciar el gusto de cofradías giennenses que mantienen frecuentes relaciones con artistas valencianos.

 

 
 

 

El detonante de esta influencia pudo venir motivado por la llegada a Jaén de obispos y canónigos valencianos que tuvieron una estrecha relación con artistas de su zona que sirvieron de comitentes para la venta de obras. En este caso concreto ocupaba la Silla Episcopal el obispo valenciano D. Salvador Castellote y Pinazo (Obispo de Jaén 1901-1906) que tuvo una gran relación con el artista que nos ocupa. Además, en 1904 tenemos constancia que Vicente Tena Fuster viaja a Jaén por negocios con el sobrino del obispo Salvador Castellote. Una importante cita comercial que apoyaría lo expuesto con anterioridad sobre la relación de la Casa Tena y la provincia jiennense.

No perdamos de vista que en 1904 los hermanos de la Cofradía de Santa Lucía, según el acta expuesta anteriormente, acordaron "la adquisición de una nueva imagen". Por lo tanto, cabe suponer que los miembros de la Junta de Gobierno tuvieron que conocer de forma directa al artista, el catálogo ilustrado o un mediador en la compra-recomendación de la Casa Tena.

La obra se fecha en el año 1904, y según el libro de cuentas de la Cofradía, el precio fijado a pagar fue de 258,02 pesetas. A nivel artístico es una imagen de bulto redondo tamaño natural, midiendo 150 cm de altura desde la peana y ejecutada en madera de pino, concebida para estar en altar y procesionar.

En cuanto a la policromía Vicente Tena Fuster opta por colores mates, predominando los colores asociados a la santa: rojo y verde. Sin embargo, resalta el estudio anatómico con la coraza metálica que hace que podamos apreciar el volumen y formas. Complementa con la túnica interior color marfil estofada y el velo para dar luminosidad a la imagen. El rostro tiende a la idealización, de semblante sereno, algo edulcorado, Santa Lucía tiene la mirada baja en actitud humilde con una leve sonrisa. Las encarnaduras del rostro son claras y aparecen muy tenues los frescores, como se observa en sus mejillas muy suavizadas en su color.

Conserva los plomazos de la Guerra Civil española tanto en cara como en pecho, gracias a que fue salvada por unos vecinos del municipio. La imagen de Santa Lucía ha sido intervenida en dos ocasiones, la primera en 1959 por el escultor granadino Luis Navas-Parejo Jiménez y la segunda en 2006 en el taller Legno Restauro de Úbeda a cargo de los restauradores Alfonso Ruiz Esteban y Mónica Aragón Palacios.

 

 
 

 

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