PROBABLE OBRA DE JUAN DE MESA EN UNA COLECCIÓN DE LA CARLOTA (CÓRDOBA)

Eva Villanueva Romero (26/04/2025)


 

El escultor e imaginero cordobés Lázaro Mata nos hace llegar esta escultura barroca del Niño Jesús, perteneciente a una colección particular de La Carlota (Córdoba). El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) llevó a cabo un estudio histórico y de valores culturales de la obra por encargo de sus propietarios, la familia Velasco, cuya finalidad fue analizar y describir los elementos formales y contenidos artísticos de esta talla en madera con restos de policromía (54 cm) para identificar el contexto histórico artístico de creación además de avanzar en las características formales y estilísticas de la obra, a pesar de no existir ni poseer ninguna fecha de realización ni documento contractual.

 

 

Para la redacción del presente informe un equipo técnico del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) ha analizado la obra depositada en dicha institución. Durante este periodo de tiempo se realizó el estudio directo de la misma, el análisis de sus características morfológico-estilísticas y sus antecedentes iconográficos. Así mismo se efectuó un examen de la obra procediendo a su registro fotográfico, el estudio de los escasos restos de policromía que conserva y la toma de varias muestras para el análisis químico de los pigmentos que la componen. También se han mantenido conversaciones informativas con la propiedad para recabar posibles datos sobre su origen ante la ausencia de fuentes documentales sobre la obra.

La talla representa a un niño desnudo y erguido, actualmente no conserva los brazos ni parte de los pies, y sólo tiene policromía en zonas muy puntuales. Sin embargo, tras el estudio de los escasos restos que conserva se ha podido determinar que presenta dos capas de policromía por lo que ha podido ser intervenida en alguna ocasión.

Sus propietarios lo identifican con la figura del Niño Jesús, representaría el modelo iconográfico denominado Niño Jesús triunfante. Desconocemos cual sería la posición exacta de los brazos, podrían estar dispuestos en actitud de bendecir con la mano derecha y portando algún objeto como la cruz con la izquierda, como Jesús Triunfante, reproduciendo el modelo creado en 1606 por Juan Martínez Montañés (1568-1649) para la Hermandad Sacramental de la iglesia del Sagrario de Sevilla. La reproducción escultórica de este modelo iconográfico de la figura infantil de Jesús de pie y desnudo se popularizó en Andalucía durante las primeras décadas del XVII.

Probablemente en origen estaba destinada a la devoción doméstica o al culto privado aunque actualmente carece de sentido simbólico y devocional que debió tener. Consta su existencia en la familia desde finales del XIX o principios del XX. Se desconoce cualquier dato sobre su procedencia.

Sus actuales propietarios comentan que no ha sido objeto de culto doméstico por parte de la familia, al menos durante el siglo XX. Sin embargo, con anterioridad, debió recibir culto por un periodo de tiempo prolongado pues en el estudio de los restos de policromía que conserva se ha identificado la superposición de dos policromías para las carnaciones y de tres policromías para el cabello. Las policromías de las carnaciones debieron ser generales ya que están presentes en todos los restos, localizados en zonas profundas de la talla.

La talla posee una excelente calidad técnica. A pesar de su deficiente estado de conservación, se identifican en ella los parámetros formales de la imaginería sevillana del primer tercio del siglo XVII. Es también un testimonio ejemplar de las formas de expresión de la religiosidad de la sociedad barroca andaluza del siglo XVII.

 

 
 

 

La escultura, realizada en madera y policromada, fue concebida en origen como un talla de bulto redondo, quizás para vestir y para estar erguida sobre una peana. Sin embargo, actualmente sólo tiene policromía en zonas muy puntuales y ha perdido parte de los pies (a partir de la zona del empeine) aunque conserva los talones, donde se pueden apreciar unas pequeñas perforaciones destinadas probablemente a alojar los pernos de sujeción a la peana que debió tener.

La composición destaca por la excelente interpretación del desnudo infantil con un logrado contraposto clásico, al repartir de forma equilibrada en la figura erguida los ritmos y tensiones producidos por la contraposición entre la pierna de apoyo y la pierna flexionada. La talla que estudiamos tiene apoyada la pierna derecha y flexionada ligeramente la rodilla de la izquierda (recuerda a la posición del Niño de Jerónimo Hernández para la Hermandad del Dulce Nombre de Sevilla). Muestra el aspecto de rotunda plasticidad de la carne, el vientre abultado y la curva inguinal y el ombligo marcados. Por la espalda se advierte con más claridad la curvatura que la postura ejerce sobre su cuerpo, la corpulencia anatómica y las nalgas prietas con dos hoyuelos laterales.

Presenta la cabeza levemente abultada, probablemente como corrección proporcional cuando la figura fuese vestida, como ocurre con la talla del niño Jesús realizada por Martínez Montañés para la Hermandad sevillana del Sagrario. Tiene el cabello rizado con un marcado tupé central del que avanzan varios mechones hacia la frente en pico potenciando el volumen de las sienes, a los lados se agrupan otros mechones formando unas gruesas patillas. El rostro expresa serenidad, tiene la frente ancha, las cejas finas y rectas, los ojos tallados con forma almendrada, las mejillas redondeadas, la boca pequeña de labios carnosos y bien perfilados.

A través del análisis de estos rasgos se evidencia una notable ejecución técnica de la talla en madera y podemos deducir que no es una obra de producción seriada sino realizada ex profeso. Mediante el estudio de los restos de policromía que conserva, localizados en zonas profundas de la talla, se ha constatado también la calidad de ejecución de la misma. Se han identificado la superposición de dos policromías para las carnaciones y de tres policromías para el cabello. La primera policromía es muy delgada por lo que respeta la minuciosa labor de talla que caracteriza a la obra. (ver anexo: Estudio policromía) Esto es una característica muy habitual en las obras realizadas por Martínez Montañés y Juan de Mesa, siendo requerido, incluso, en alguno de los documentos contractuales de sus obras.

Es complejo determinar con seguridad su filiación artística por varios motivos, en primer lugar el estado de conservación de la escultura ya comentado que dificulta el estudio de los detalles. La falta de policromía dificulta el análisis de otros aspectos expresivos y comunicativos que completan la escultura religiosa.

Sus características técnicas y estéticas están estrechamente relacionadas con la producción de Martínez Montañés y su discípulo Juan de Mesa. Si comparamos la obra que estudiamos con la talla de Montañés perteneciente a la Hermandad sevillana del Sagrario observamos una mayor corpulencia anatómica y rasgos más abultados, tanto en el tratamiento anatómico como en los rasgos faciales, quizás más cercanos a las representaciones vinculadas a Mesa. Lo mismo ocurre con el cabello, es más voluminoso que el del Niño del Sagrario, destacando de manera más acusada el tupe central que se asemeja más a los de las citadas obras de Juan de Mesa en la distribución del volumen sobre el rostro.

Existen todavía ciertas discrepancias en la asignación de atribuciones entre Martínez Montañés y Mesa para el estudio de la evolución y desarrollo del modelo que evidencia la enorme dificultad para distinguir autorías en este tipo de obras (por ejemplo el Niño Jesús de colección Morales-Marañón). O la adjudicación de algunas de las esculturas recientemente estudiadas a versiones realizadas por otros artistas (Niño Jesús de la parroquia de Sanlúcar la Mayor, Sevilla. 1638-1639. Francisco de Fonseca).

 

 
 

 

La talla posee una excelente calidad técnica, rica en matices compositivos y anatómicos. Su capacidad expresiva y dimensión comunicativa debían estar reforzadas por la policromía como se intuye a través de pequeños detalles de los restos que conserva.

Desde una perspectiva histórica esta talla es un testimonio ejemplar de las formas de expresión de la religiosidad de la sociedad barroca española del siglo XVII. Constituyó un tipo iconográfico devoto sumamente apreciado, frecuentemente citado en ajuares e inventarios.

Su destacado interés artístico, a pesar de su deficiente estado de conservación, permite identificar en la talla los mismos parámetros estéticos de la imaginería sevillana del primer tercio del siglo XVII y en concreto está estrechamente relacionada con los modelos de la producción de Martínez Montañés y Juan de Mesa.

El estudio realizado en el IAPH ha permitido reconocer y valorar su morfología y estética e identificar unas notables calidades plásticas que permiten contextualizar su origen en el ámbito de la imaginería sevillana del primer tercio del siglo XVII estrechamente relacionada con el ideario estético montañesino. En este sentido tiene un valor documental como objeto de estudio. Sin embargo, al estar incompleta dificulta la identificación concreta de su iconografía. Este hecho unido al deficiente estado de conservación (no tiene prácticamente policromía y le faltan los brazos y parte de los pies) dificulta su uso potencial como imagen devocional. Lo cual devalúa su aprecio en el mercado de obras de arte haciendo prácticamente inviable su incorporación al mismo. 

 

 
 

 

De las conversaciones con la propiedad interesada, el IAPH ha podido saber que su familia política, de la que ha recibido la obra, tiene entre sus apellidos el de Velasco, naturales de La Carlota (Córdoba), donde han vivido y fallecido hasta remontarse a los bisabuelos. Se sabe asimismo, por conversaciones familiares, que los orígenes de la familia se remontan a siglos antes, llegando a residir en Córdoba capital. La escultura de madera protagonista del presente estudio lleva en esta familia casi el mismo tiempo.

Viendo en su momento la singularidad de la escultura del niño Jesús, la propietaria decidió hacerla estudiar a propuesta del escultor e imaginero cordobés Lázaro Mata. Tras la toma de contacto con una profesora y algunos datos documentales que se consultaron, se llegó a la conclusión que podría tratarse de una obra policromada de Juan de Mesa y Velasco, realizada a título personal para su madre o rama materna: los Velasco.

Debido, seguramente, a este carácter de regalo familiar, los datos sobre este niño Jesús pueden ser algo adversos, y explica en buena parte el estado de la escultura, rota y carente de buena parte de su policromía. Pero la calidad de la obra, en general, es muy palpable y reconocible por la mano del escultor cordobés.

No hemos podido acceder a archivos históricos, pero hemos conseguido llegar hasta finales del siglo XIX respecto a algunos de los datos genealógicos sobre los Velasco actuales (Velasco y Martínez).

 


 

 

Fotos: Lázaro Mata Cala

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com