RECUPERADA UNA PROBABLE OBRA DE BENITO HITA Y CASTILLO EN CANTILLANA

Con información de Manuel Martín González, Antonio López Hernández y Juan Manuel Miñarro


 

 

Pocas imágenes han tenido tanto peso evocador en Cantillana (Sevilla) como el de esta vieja fotografía, datada posiblemente, en la década de los años 20, que muestra a San Juan Evangelista acompañando en el paso de palio a la Dolorosa del Consuelo.

Poco sabemos sobre la vinculación entre ambas imágenes, al margen de la estación de penitencia conjunta durante muchos años. Desconocemos pues si ambas tallas formaban parte del patrimonio de una misma entidad, o si su relación sólo se producía para llevar a cabo el culto externo. Lo único que sabemos con certeza es que se trataba de una talla de bella factura, datada posiblemente en el siglo XVIII, y que respondía a unos cánones clásicos muy del gusto sevillano; no en vano, ese tipo de imagen lo encontramos en varias hermandades sevillanas como la Cofradía de la Amargura.

Hay datos que sitúan posiblemente al San Juan de la fotografía con altar propio en la ermita cantillanera de San Bartolomé, como lo atestigua un inventario de finales del siglo XVIII que recoge la existencia de un "altar de San Juan, una imagen del santo, lámpara de metal y servicio completo", de la misma manera que se recogen referencias a la Virgen del Consuelo, a Nuestro Padre Jesús Nazareno y al Cristo de la Vera Cruz. La bella imagen de San Juan desapareció del culto por el saqueo que sufrió la ermita en julio de 1936, y decimos bien, saqueo, ya que San Bartolomé no fue incendiado, sino saqueado, sus pertenencias rotas, tiradas, destrozadas. Sólo se salvaron de la furia el Nazareno y la Virgen del Consuelo. 

San Juan, en cambio, sufrió los azotes iconoclastas y acabó partido y mutilado en varios trozos. A partir de aquí, tenemos noticias de que fue depositado en la abandonada Iglesia Conventual de San Francisco, donde permaneció durante un tiempo esperando la necesaria restauración. Sin embargo, la imagen no fue restaurada, sino vendida junto con varias piezas del templo a algún comerciante del mundo de las antigüedades por el párroco Enrique Carrasco. De su paradero posterior, nada se supo.

La Hermandad del Consuelo de Cantillana, trabajando desde hace algunos años en la idea de recuperar la imagen de San Juan, acabó adquiriendo hace poco una talla del Evangelista, y aquí viene lo sorprendente, pues hay posibilidades de que la imagen que se perdió y la imagen que se ha comprado sean la misma.

El modo en que ocurren estas casualidades en la vida es ya de por sí novelesco. En invierno de 2007, Antonio López Hernández, miembro de la Cofradía del Consuelo, en una visita casual a un conocido anticuario, se topa de frente con una preciosa talla del San Juan de la que sólo se conserva la cabeza y el torso. La imagen había sido comprada por este anticuario sevillano a un viejo artesano de la calle Castellar, quien la había tenido en su taller durante muchos años hasta que falleció y su viuda vendió todo el negocio. López Hernández vió desde el primer momento en la imagen algo familiar. En una segunda visita al anticuario junto con su hermano Luis, escultor con bastante ojo clínico para la comparativa, éste fue tajante: "o es el mismo o se parece muchísimo". La tercera visita, realizada con el prioste y el hermano mayor, fue para convenir el trato y cerrar la compra.

Los inconvenientes para su análisis formal los encontramos en el gran deterioro que sufre actualmente la imagen y en la escasa documentación fotográfica de la antigua, ya que sólo existe una foto y en blanco y negro. Sus posturas, contornos, cabellos, cejas, bigotes, boca, perilla, orejas, son aparentemente las mismas. 

La imagen de San Juan Evangelista adquirida en Sevilla se encuentra actualmente restaurándose en el taller del escultor Juan Manuel Miñarro, quien por las características de su estilo, técnica y grafismos, afirma que puede tratarse de una pieza del sevillano Benito de Hita y Castillo (1714-1783), opinión compartida por el historiador José Roda Peña y varios expertos más consultados, entre ellos uno de los responsables de este portal.

En su informe, Miñarro establece que se trata de un fragmento escultórico en madera de pino, ensamblado en hueco, con policromía sobre aparejo, realizado al óleo pulimentado. No posee ningún postizo, tales como dientes u ojos de cristal, todo ello es tallado. Mide 62 cm de altura, 28 de anchura en la base y 23 de fondo. Por las huellas que presenta, parece maltratada de forma intencionada; muestra en la zona lateral derecha de la frente las huellas de un fuerte impacto producido por un contundente objeto de forma angular, al mismo tiempo, faltan piezas de la cabeza y existen importantes zonas de pérdida de preparación y policromía. Sin embargo, los restos conservados son originales y han sido poco transformados por intentos restauradores. De singular valor artístico e histórico, cabe la posibilidad de que fuese propiedad de una hermandad.

La Cofradía del Consuelo de Cantillana pide cautela y compresión ante todo lo expuesto. No se puede asegurar nada todavía con firmeza, pero se está trabajando para confirmar tal hipótesis. Si se tratara de la misma imagen, sería una de las más sobresalientes recuperaciones del patrimonio artístico de Cantillana.

 

 

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