EL NAZARENO DE ALCALÁ DE LOS GAZULES. NUEVAS APORTACIONES DOCUMENTALES
Ismael Almagro Montes de Oca (12/05/2025)
La Cofradía de Jesús Nazareno de Alcalá de los Gazules sufrió los azares de la invasión napoleónica, al instalarse las tropas francesas en la iglesia del Convento de Nuestra Señora de Consolación de los padres mínimos de San Francisco de Paula y destruir toda la documentación de la misma, motivo por el cual, en el archivo de esta corporación no exista nada anterior a 1815. Si bien se ha podido constatar la existencia de la Cofradía prácticamente en todas las décadas entre 1616 y 1815, gracias a referencias indirectas localizadas en multitud de testamentos en que los fieles le destinaban sus limosnas o encargaban misas ante el Nazareno, hasta hoy existía una gran laguna en la historia de esta Hermandad, pues sólo se conocía la adquisición por parte de la Cofradía de la antigua capilla de Santa Ana en el primitivo Convento extramuros en octubre de 1616, para que pudieran colocar sus Imágenes y enterrar a los hermanos difuntos, y el posterior traslado junto con toda la comunidad de frailes hasta el nuevo Convento en la Plaza de la Cruz en la tarde del 22 de agosto de 1682. Una exhaustiva labor investigadora llevada a cabo en los fondos de los protocolos notariales de Alcalá que se conservan en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz, ha dado sus frutos y nos ha permitido rellenar parte de ese vacío. Anteriormente ya dimos cuenta de la existencia de una talla de Jesús Nazareno en el Convento de Ntra. Sra. de Consolación en 1613, documentada en dos testamentos fechados, uno en octubre y otro en abril, hasta hoy nada se ha encontrado relativo a la existencia de la Cofradía con anterioridad a la fecha mencionada de octubre de 1616. Sin embargo, nos toca reescribir la Historia de la Cofradía, porque recentísimamente hemos localizado otro testamento en el que se recoge lo siguiente:
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Se trata del testamento de Bartolomé Sánchez, de nacionalidad portuguesa, que mandó enterrarse en la Iglesia del Convento y está fechado el 13 de mayo de 1611. Esto significa que la Cofradía es, al menos, cinco años y medio más antigua de lo que se creía. Además, al indicarse que está "fundada" nos hace pensar que su fundación no puede ser muy anterior. Por otro lado, en fecha indeterminada, aunque cercana a 1679, la Cofradía se traslada dentro del Convento de la Consolación a una nueva capilla, según se deduce del testamento de Lázaro Martin, quien en noviembre de dicho año ordenó que su "cuerpo sea sepultado en el Convento de nuestra señora de consolasion desta villa en sepultura que esta frente de la capilla nueva de jesus nasareno se pague la limosna de mis bienes". Evidentemente, no hace referencia a la que fue capilla de Santa Ana, ya que no era nueva, sino que llevaría 63 años en posesión de la Cofradía. Tras abandonar frailes y Cofradía este Convento en 1682, apenas se desarrollaban cultos en su Iglesia, siendo elegida esporádicamente por algunos vecinos como lugar de enterramiento. Nos consta que 1684 la capilla del Nazareno aún formaba parte del templo, pues allí ordenó enterrarse en enero de dicho año Juan Carrasco. Sin embargo, en fecha no muy posterior, la capilla debió ser desacralizada y convertida en vivienda, puesto que el 20 de diciembre de 1689, es vendida por la Cofradía a cambio de un tributo anual:
Finalmente, la heredera de Pérez Calancha, vendería en 1725 la casa que fue antigua capilla del Nazareno a la Cofradía de San Antonio Abad por 20 ducados, más el cargo de 26 reales y medio que debía pagarse anualmente a la del Nazareno. Como hemos dicho anteriormente, la Cofradía mudó su sede con los frailes y con el traslado, las relaciones entre ambas instituciones sufrieron importantes cambios, hasta el punto de que, a los pocos años de residir en el nuevo Convento, los hermanos de la corporación nazarena plantearon la necesidad de plasmar sobre papeles un convenio con los mínimos en que se recogieran los derechos y obligaciones que ambas partes contraían, documento que firmarán religiosos y el mayordomo de la Cofradía, Gonzalo de Buiza, ante notario el 20 de septiembre de 1690:
Entre las cláusulas, se recogen los sermones y misas que celebraba la Cofradía y a las que estaban obligados a asistir los frailes:
Conviene aquí recordar que la Cofradía del Nazareno poseyó una talla de San Juan evangelista hasta 1912, y el hecho de que en 1690 celebrasen su onomástica, parece indicar que ya debía existir dicha talla. Continuando con la escritura de concordia, en otra de las cláusulas se relacionan las procesiones que celebraba la Cofradía, algunas de las cuales eran desconocidas hasta ahora, destacando que no procesionaba el Jueves Santo sino el Viernes por la mañana, al menos en esa época:
Le sigue otra cláusula cuyo contenido es muy interesante:
Es importante por dos motivos: en primer lugar, porque indirectamente no está indicando que la Iglesia del Convento aún no había empezado a levantarse y en segundo, porque deja entrever que las divergencias entre frailes y cofrades posiblemente estuviesen motivadas porque éstos, al mudarse, se quedaron sin el privilegio de tener capilla propia, como tuvieron en el antiguo Convento. Las dos siguientes cláusulas hacen referencia a la asistencia a funerales y al pago de estipendios:
Existe un último punto, que es quizás el más importante, por el statu quo que se establecía entre ambas partes:
Ni Cofradía ni frailes conocían quién había costeado la talla del Nazareno, debido a la antigüedad que poseía (tres cuartos de siglo) y solo en caso de que los mínimos echasen a los cofrades del convento, éstos podrían llevarse la Imagen. En esta escritura de concordia, no se recoge nada acerca de la cesión por parte de los mínimos de alguna dependencia del convento a la Cofradía para guardar sus enseres y alhajas. Sin embargo, nos consta que contó con un cuarto, que debió labrarse con posterioridad a 1690, según se recoge en el testamento del que fue mayordomo de la Cofradía, Gonzalo de Buiza, fechado en 1708:
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Los frailes pidieron la permuta del cuarto a la Cofradía para poner la campana, y a la fecha del testamento, los mínimos no habían cumplido. Si los frailes mudaron la campana sobre el cuarto del Nazareno, entonces, la primitiva Casa-Hermandad del Nazareno estuvo en lo que, para los de la generación presente fue el Bar de Corrales (hoy Taberna el Garito). Los cofrades, al ver que los frailes no les labraban la capilla prometida y que se habían quedado con el cuarto de la cofradía, tomaron la decisión de mudarse a otra Iglesia:
Ante esta amenaza, los frailes reculan por temor a perder tan fuerte foco devocional como era la talla de Jesús Nazareno y el 4 de abril de 1713 firman una nuevo convenio con la Cofradía, documento que lleva las firmas de Cristóbal de Aranda y Moya, Hermano mayor, Carlos del Fierro, consiliario de la Cofradía, Francisco de Casas Moreno, Tomás Martel y Alonso Rodríguez, diputados y en el que se recoge lo siguiente:
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Este documento es una joya documental para la Cofradía. En él se detalla la hechura de la talla de La Santa Verónica entre 1709 y 1713 (posiblemente no existiera con anterioridad) y nos descubre la advocación de la primitiva Titular de la Cofradía: Virgen de las Angustias. Conviene recordar que en la documentación más antigua que se conserva en el Archivo de la Cofradía, datada en 1815, la Virgen es titulada como del Desconsuelo. A este respecto, he de añadir que he localizado un contrato de venta de una sepultura en el Convento de la Consolación, fechado en 1617, debajo del altar de la Virgen de la Salud, pero sin poder confirmar que guarde relación con la Cofradía. Igualmente, señalar que, al hablarse de renovar la talla de la Virgen, puede pensarse que se trató de una restauración, pero en realidad fue la sustitución de una Imagen por otra completamente nueva, como veremos más adelante. De cualquier forma, este dato certifica que la Cofradía poseía una Virgen con anterioridad a 1713. Pero, sin duda, lo más importante es que, al mencionarse que la hechura del Nazareno es “nueva de toda perfección” está remarcando que se trata de una talla nueva, no restaurada, apreciación que nos permite acotar la fecha de ejecución de la actual Imagen de Jesús Nazareno: entre 1709 y 1713. Lástima que no se recoja quién fue el autor de la talla. La Imagen del Nazareno alcalaíno es obra no documentada, pues no se ha localizado aún su contrato de hechura, pero de atribución segura uno de los grandes imagineros del barroco, José Montes de Oca, por sus rasgos morfológicos y las muchas similitudes que presenta con obras sí documentadas. Tradicionalmente se data la hechura de la talla en torno a 1730, fecha en que el imaginero realiza diversos trabajos para Cádiz. Los estudiosos de la obra de Montes de Oca creen que el artista montó taller propio en 1710 y su obra documentada más antigua es la Virgen de los Dolores que se conserva en la Puebla de Cazalla (Sevilla) fechada en 1717. Por tanto, el Nazareno de Alcalá puede ser una de sus primeras obras, si no, la primera. |
Quién sabe si también la Virgen fue obra de Montes de Oca. De cualquier forma, no es la actual Virgen de los Dolores, cuyos rasgos la encuadran en el siglo XIX. No es descartable que todas estas nuevas adquisiciones detalladas, incluida la hechura de nuevas Imágenes, respondiesen a un proyecto o plan para celebrar el primer centenario de la Cofradía. Esto explica, además, por qué los mínimos reculan y aceptan las nuevas condiciones que exigía la Cofradía, pues, si en 1690 abandonaba el Convento, no podían llevarse la talla del Nazareno, ahora, la Imagen, había sido costeada la corporación nazarena y era de su propiedad, y, por tanto, podían llevársela. En el documento se explican los motivos que argumentaban los cofrades para querer abandonar el Convento:
Como hemos mencionado, finalmente los frailes aceptaron las condiciones de la Cofradía y los hermanos deciden quedarse:
Aquí queda claro que ambas Imágenes, la del Cristo y la de la Virgen, son de nueva factura y que no se trata de simples restauraciones. En la segunda cláusula, queda explícitamente reflejado la posesión que tiene la Cofradía sobres Imágenes y enseres, por lo que se deduce que, con anterioridad a este convenio, había dudas de a quien pertenecían:
Sin duda, queda clarísimo que la Cofradía tiene potestad para disponer de sus Imágenes y llevárselas en caso de traslado a otra Iglesia o Convento. Siguiendo con las condiciones establecidas en esta escritura, la siguiente ofrece un dato bastante interesante, pues se detalla la ubicación original que ocupó la Cofradía en la iglesia de la victoria tras el traslado desde el viejo Convento:
Solo existe una capilla desde la cual se podría acceder al patio de la Iglesia: la actual capilla de San José, ubicación original donde se asentó la Cofradía, capilla que, en 1713, estaba aún sin terminar, pues, como se indica no estaba aún solada y le faltaba la bóveda. En cuanto a misas, sí había consenso en respetar las condiciones pactadas en 1690:
Otro de los puntos sobre la Cofradía hace hincapié es que los frailes cumpliesen con lo prometido sobre aquella permuta de dependencias y que, a la fecha de la escritura, aún no habían cumplido:
La cláusula sexta nos da indicios de cómo era la celebración del día grande de la Cofradía, pues nos habla de una celebración, que suponemos se celebraba tras la procesión:
Siguiendo desgranando esta escritura, la siguiente cláusula es muy interesante, por cuanto que nos indica, por una parte que la obra de la Iglesia de la Victoria aún no estaba acabada y, por otra, el motivo por el cual la Cofradía del Nazareno ocupa hoy un lugar tan privilegiado dentro del templo, como es la capilla del Sagrario:
Nos consta que en 1733 ya ocupaba la capilla del Sagrario. La escritura finaliza con la aceptación por parte de los mínimos de las condiciones planteadas por la Cofradía y los motivos que les llevan a ello:
Pero no son todas las sorpresas que nos deparó el hallazgo de este documento, pues al final del mismo, se anotó, en fecha indeterminada, una nota marginal que recoge nuevas adquisiciones:
Como dato curioso, anótese aquí el haber dejado constancia de que los todos los escribanos eran hermanos de la Cofradía, e, igualmente, que se confirma la existencia de la talla de San Juan evangelista. En este periodo frenético de adquisiciones, que, como dijimos, deben guardar relación con la celebración del primer centenario de la Cofradía (debió fundarse en torno a 1610-1611) los gastos se dispararon y nos consta aportaciones económicas cuantiosas de algunos fieles. Nos consta que, en 1719, Francisco Romero Catalán destina una limosna de 50 ducados a la Cofradía. Unos años antes, Constanza María del Peral, dejaba 25 pesos para hacer un retablo al Nazareno. En definitiva, resumiendo todo lo expuesto, y como puntos más importantes, la Cofradía se fundó con anterioridad a lo que hasta ahora se creía, puesto sabemos de su existencia en mayo de 1611 y su Titular, la Imagen de Jesús Nazareno, fue realizada entre 1709 y 1713, lo que significa que nos encontramos ante una de las primeras obras salidas de la gubia del taller de José Montes de Oca. |
NOTAS Extracto de la conferencia pronunciada el 11 de abril de 2025 en la Iglesia de la Victoria por Ismael Almagro Montes de Oca, Secretario de la Cofradía. |
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