UNA POSIBLE OBRA DE DIEGO ROLDÁN EN SAN FERNANDO (CÁDIZ)

Jesús Garrido Pérez


 

1) ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Titular mariana de la Hermandad de la Expiración, con sede canónica en la Parroquia Vaticana y Castrense de San Francisco, la Virgen de la Esperanza se veneraba en el Hospicio franciscano, en la segunda mitad del siglo XVIII, varios años antes que el titular cristífero de la Corporación.

La mención más antigua que se ha podido encontrar hasta la fecha, data de 1779, en la que se hace referencia a la imagen de “Nuestra Madre y Señora de los Dolores”, antigua advocación de la Virgen de la Esperanza (1), y al altar que ésta poseía en el templo franciscano en la segunda mitad del siglo XVIII, existente como mínimo nueve años antes de la hechura del Crucificado y diecisiete antes de fundarse la Hermandad.

Según el historiador Fernando Mósig Pérez, la Dolorosa estaba muy vinculada a la ilustre familia Rodríguez Arias y de forma muy particular al comisario de guerra de la Armada, Sebastián Rodríguez de Arias y Mariño, quien poseía una imagen de Nuestra Señora de los Dolores, valorada en 1.500 reales de vellón, en el inventario de sus bienes de 1787. La ferviente devoción que profesaba la familia Rodríguez de Arias a la Dolorosa franciscana hace posible pensar que la actual Virgen de la Esperanza fuese aquella Virgen de los Dolores, propiedad de Sebastián Rodríguez de Arias y Mariño, que en su día fue donada a la iglesia del hospicio franciscano.

 

 
Titulares de la Hermandad de la Expiración

 

2) IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA ESPERANZA

El modelo iconográfico sigue los cánones de las Dolorosas andaluzas del siglo XVIII: imagen de candelero o de vestir, con aflicción en el rostro y manos para expresar el sufrimiento por el martirio de Cristo.

Las diversas restauraciones que la Virgen de la Esperanza ha sufrido la imagen a lo largo de su historia dificultan una descripción fidedigna de la primitiva talla. Su fisonomía actual difiere sustancialmente de los primeros documentos gráficos de la imagen, es por ello que su estudio morfológico se va a realizar comparando la imagen actual con los documentos gráficos de la imagen antes de su última intervención (2), con todos los inconvenientes y posibles errores visuales de perspectivas que esto supone.

 

 
Virgen de la Esperanza a comienzos del siglo XX
(Archivo de la Hermandad de la Expiración)
 
 
Virgen de la Esperanza tras la
intervención de Alfonso Berraquero

 

Actualmente, la cabeza presenta una posición inclinada hacia adelante (inclinación algo más acusada que en épocas anteriores) y ladeada hacia su derecha, el rostro aparece más ovalado en las imágenes antiguas. Enmarcados por unas cejas de trazo fino, levemente arqueadas en el entrecejo (siendo mucho más marcado en las imágenes que preceden a la actual, observándose una triangularización con el entrecejo), se abren unos ojos de cristal pintado, de mirada baja (en las fotografías antiguas se observa la mirada más elevada), sellados por unos abultados párpados (no tan acusados en las imágenes antiguas), algo caídos y rematados por abundantes pestañas postizas, siguiendo la moda dieciochesca. Varias lágrimas invaden su rostro: tres resbalan por la mejilla derecha y tres surcan la izquierda. Son gotas de poliester, añadidas por el imaginero Alfonso Berraquero, sustituyendo a las antiguas lágrimas de cristal (3) que no tenían la misma disposición ni eran tan abundantes. La nariz presenta un leve pronunciamiento del tabique (más afilada antes de la intervención de Alfonso Berraquero), bien perfilada y de correcta proporción. Los pómulos son poco marcados, levemente deprimidos a la altura de los ojos. El surco nasolabial arqueado. La boca aparece abierta, con las comisuras hacia abajo, dejando entrever los dientes superiores (4), realizados en nácar, y la lengua, transmitiéndonos un gesto de dolor y lamento. El mentón aparece en la actualidad más prominente y la papada menos acusada que en las fotografías antiguas.

La primitiva talla no tenia gubiado el cabello y lucía una peluca siguiendo los cánones de la moda dieciochesca andaluza. El cabello tallado que luce en la actualidad fue modelado en su última intervención por Alfonso Berraquero, tapándose las orejas originales, que presentaban pabellones carnosos.

 

 
Virgen de la Esperanza antes de la intervención
de Berraquero (Archivo de la Hermandad)
 
 
Virgen de la Esperanza en su estado actual
(Fotografía de Fernando Fossati)

 

La mano derecha de la Dolorosa, aparece con el dedo indice separado del anular y corazón (que se encuentran muy unidos) y algo más alejado de la palma que el resto. En la mano izquierda, es el dedo corazón el que aparece más cercano a la palma de la mano, diferenciándose del resto de los dedos. Los dedos de las manos de antes de la última restauración, dan la sensación de ser algo más gruesos que los que presenta en la actualidad.

 

 
Manos de la Virgen de la Esperanza en la actualidad
(Fotografía de Fernando Fossati)

 

La policromía de la cabeza y las manos parece que ha sido alterada sustancialmente a lo largo de la historia, siendo la policromía actual obra de Alfonso Berraquero.

 

3) ATRIBUCIÓN DE LA VIRGEN DE LA ESPERANZA

Con anterioridad a este artículo, la Virgen se ha estado relacionando con la producción de los Artesanos del Arsenal de la Carraca. Casi con total seguridad podemos descartar a José Tomás de Cirartegui (5), ya que llegó a la Isla de León en fecha posterior a la de 1779 en la que ya está documentada la existencia de la talla mariana.

 

 
Calvario
(Archivo de la Hermandad)

 

Actualmente, no existe constancia documental del artista que realizara esta venerada imagen. Los datos estéticos y artísticos nos ponen en la pista de la posible autoría. Concretamente, nos remiten a la obra de Diego Roldán Serrallonga, hijo de Marcelino Roldán Villavicencio y su segunda esposa, Josefa de Velasco y Serrallonga, así como nieto del gran artista Pedro Roldán, sobrino de Luisa Roldán, primo de Pedro Duque Cornejo y Roldán y hermano de Marcelino y Jerónimo Roldán Serrallonga, todos ellos también escultores.

Según los datos documentales que se disponen del artista, podemos asegurar que desarrolló casi toda su obra conocida en Jerez de la Frontera y toda su zona de influencia (Rota, Medina, Arcos de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda, Lebrija, etcétera) aproximadamente desde 1722 a 1760.

Diego Roldán es uno de los escultores más destacados del barroco jerezano y aunque tuvo una extraordinaria sensibilidad para representar las Dolorosas, fue un imaginero moderado en el gubiado y las proporciones.

Estas limitaciones le llevaban practicamente a “seriar” las manos, sello identificativo de sus Dolorosas. Según el historiador del arte jerezano Pablo Pomar Rodil, “muy característicos son los nudillos deprimidos, formando una linea de hoyuelos, y el pulgar deformado por el aplastamiento de su extremo y acabado en una uña redondeada, apareciendo siempre unidos los dedos corazón y anular”.

 

 
     
Manos de la Virgen del Mayor Dolor de Medina Sidonia
(Fotografías de Antonio Belizón)
     
 
     
Manos de la Virgen de la Esperanza de San Fernando antes de la intervención de Berraquero
(Archivo de la Hermandad)

 

En cuanto al gubiado de los rostros, según señala el historiador del arte Jose Manuel Moreno Arana (6), habla de unos rasgos físicos muy similares donde se puede observar el sello del autor: “rostro perfectamente ovalado y estilizado, sin la morbidez que vemos por ejemplo en las vírgenes del jerezano Francisco Camacho de Mendoza; cejas finas, formando el entrecejo un perfecto triángulo; ojos de profunda mirada y melancolía; nariz recta y afilada, con fosas nasales pequeñas, casi circulares; boca de labios finos, con las comisuras hacia abajo, formando siempre una composición trapezoidal; varios dientes superiores postizos, a veces modelados en nácar y barbilla pequeña”.

Un rasgo identificativo de la obra de Diego Roldán es el empleo de dientes de nácar, tallados de manera individual y sin identificación de las piezas (7). Diversos expertos (8) coinciden en que Diego Roldán es el único imaginero de la escuela sevillana que hizo uso de este material para el tallado de los dientes.

 

 
     
Dientes de nácar de la Virgen de la Esperanza
(Archivo de la Hermandad)

 

De entre las obras documentadas o de segura atribución al imaginero podemos destacar: la Virgen del Amor de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), la Esperanza de la Yedra y la Virgen del Valle de Jerez de la Forntera, la Virgen de los Dolores de la localidad sevillana de Lebrija (9), la Quinta Angustia de Utrera (Sevilla), la Piedad de Arcos de la Frontera (Cádiz), la Virgen del Mayor Dolor de Medina Sidonia (Cádiz) o la Virgen del Valle de Estepa (Sevilla).

 

 
Virgen del Amor de Sanlúcar de Barrameda (1752)
 
 
Esperanza de la Yedra de Jerez de la Frontera

 

La Virgen de la Esperanza comparte estética y artísticamente los rasgos estilísticos de las Dolorosas de Diego Roldán. Según el historiador del arte jerezano Pablo Pomar Rodil, en su estudio histórico artístico de Nuestra Señora de la Esperanza de la Yedra, destaca los rasgos estilísticos personales de Diego Roldán “no carentes de cierta torpeza, y con una serie de estilemas propios que al refrendarse en toda su obra permiten la relativamente fácil identificación de otras piezas no firmadas o documentadas”.

 

 
Virgen de la Esperanza. Mediados del siglo XX
(Archivo de la Hermandad)

 

Estos rasgos (10), tanto estilísticos como técnicos, propios de la trayectoria artística de Diego Roldán, los comparte la Virgen de la Esperanza de la Hermandad de la Expiración de San Fernando.

 

 
Virgen de la Esperanza de San Fernando y Esperanza de la Yedra de Jerez de la Frontera
 
 
Virgen de la Esperanza de San Fernando y Virgen del Mayor Dolor de Medina Sidonia
 
 
Virgen de la Piedad de Arcos de la Frontera y Virgen de la Esperanza de San Fernando

 

4) CONCLUSIÓN

El notable parecido que nos ofrece tanto el antiguo rostro de la Virgen de la Esperanza, el gubiado de sus manos y elementos característicos como los dientes de nácar (que puede considerarse casi una firma del imaginero), con las obras de Diego Roldán nos pone en el buen camino para formalizar en un futuro una atribución fidedigna.

Las futuras investigaciones de los historiadores serán fundamentales para sustentar esta hipótesis, ahondando en la posibilidad de que la Dolorosa sea la que en su día perteneció a Sebastián Rodríguez de Arias y Mariño, permitiendo así encuadrar la fecha de ejecución de la Esperanza con el periodo de actividad de Diego Roldán.


NOTAS

(1) Historia de la Hermandad de la Expiración, Fernando Mósig Pérez.

(2) Realizada por el imaginero Alfonso Berraquero a principios de los años 80.

(3) Siguiendo también los cánones del barroco andaluz.

(4) Con la intervención de Berraquero se pierde esta visión de los dientes que aparece en las imágenes antiguas.

(5) Escultor del Cristo de la Expiración.

(6) Las Dolorosas de Diego Roldán, artículo publicado en el portal de arte La Hornacina.

(7) Los dientes postizos de las imágenes del barroco gaditano, provenientes de la escuela gaditano-genovesa, eran de marfil, hueso o gubiados en la madera.

(8) Según la investigación realizada por el historiador Pablo J. Pomar Rodil, en la que se consultó a diversos expertos y restauradores de las obras de la escuela sevillana.

(9) Firmada en la mascarilla por Diego Roldán, 1758.

(10) No hay que confundir los rasgos propios de un autor con las imágenes “seriadas”. En este sentido, varias de las fotografías que ilustran el presente artículo pretenden hacer patentes estas similitudes estilísticas (que no isomorfas) que comparten las Dolorosas de Diego Roldán.


BIBLIOGRAFÍA

MÓSIG PÉREZ, Fernando. Historia de las Hermandades y Cofradías isleñas, San Fernando 2005.

MÓSIG PÉREZ, Fernando. Historia de La Hermandad de la Expiración, web Isla Pasión, San Fernando 2008.

MORENO ARANA, José Manuel y Jesús ABADES. Las Dolorosas de Diego Roldán, web La Hornacina, 2005.

MORENO ARANA, José Manuel "Aproximación al imaginero Diego Roldán Serrallonga", en Jerez en Semana Santa, Jerez de la Frontera, 2006.

POMAR RODIL, Pablo. "Estudio Histórico y Artístico", en Nuestra Señora de la Esperanza. Proceso de restauración, Jerez de la Frontera, 2006.

 

Nota del Autor: Mi agradecimiento a Fernando Mósig Pérez, por su inigualable
aportación histórica, al historiador del arte José Manuel Moreno Arana, gran conocedor de la
figura de Diego Roldán, asi como a Angel Valderrama Barriuso, Juan Pablo Moreno Rodríguez
y los websmaster y colaboradores gráficos de Isla Pasión.

 

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