UNA OBRA INÉDITA DEL ESCULTOR MIGUEL SÁNCHEZ TARAMAS: SU INTERVENCIÓN
EN EL MONUMENTO DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO (CATEDRAL DE BADAJOZ)

Pedro Castellanos Bote (25/02/2016)


 

 

Biografía

Miguel Sánchez Taramas y Bueno, más conocido como Miguel Sánchez Taramas, maestro escultor e ingeniero militar, nació en la localidad pacense de San Vicente de Alcántara. Fue bautizado en la parroquia de San Vicente de esta localidad el día 25 de marzo del año 1668. No figura su fecha de nacimiento, como era habitual en esa época, a pesar de lo que publique algún autor. Era hijo de los sanvicenteños Blas González Taramas y María Alonso Sánchez.

Miguel se traslada muy joven a la ciudad de Badajoz, teniendo su domicilio, y quizá su taller, en la calle Santa Lucía, con traseras a la calle Melchor de Évora. Su casa fue propiedad en un principio de su cuñado y discípulo Francisco Ruiz Amador (1). Podemos citar que en la calle Santa Lucía residió temporalmente en el siglo XVI el pintor Luis de Morales, "el Divino", y la casa de Taramas estaba muy cerca de la futura vivienda familiar del no menos famoso Manuel Godoy, "príncipe de la Paz".

Miguel Sánchez Taramas se casó dos veces: la primera en el año 1691 con la badajocense María Ruiz Amadora (sic). En segundas y últimas nupcias se casó en el año 1712 con la también badajocense Catalina Antonia Calderón, que más tarde cambió su nombre por el de Catalina Antonia Barreto Canavaca. De los dos matrimonios le he documentado diecisiete hijos, tanto varones como hembras, nacidos en Badajoz, Cádiz y Ceuta. Ninguno de ellos, que sepamos, heredó la profesión de escultor. Varios de ellos alcanzaron la de militar, mucho más segura y mejor remunerada.

Como ingeniero, curiosamente no se le conocen planos realizados para la ciudad de Badajoz, importante enclave militar, por su situación fronteriza. Sin embargo, entre los años 1728 y 1734, realizó varios proyectos y planos de las murallas de Ceuta, ciudad donde fallece el 29 de septiembre del año 1734, siendo enterrado en el desaparecido convento de la Santísima Trinidad.

El historiador Diego Suárez de Figueroa, quien probablemente le conoció personalmente, le cita en su obra titulada Historia de la ciudad de Badajoz: "Don Miguel Taramas es digno de memoria por lo ingenioso y hábil en maniobras; es primorosísimo en la escultura; muy diestro en todo género de relojes; en el dibujo y letras, y sabio en las matemáticas. Hoy es ingeniero de los ejércitos de su majestad".

 

(1) Para saber más sobre este escultor, ver el siguiente enlace:
http://www.lahornacina.com/semblanzasamador.htm

 

 

Características del monumento

El 5 de julio de 1715 el cabildo catedralicio de Badajoz se planteaba la posibilidad de hacer un monumento de madera de tres plantas para colocar el Santísimo Sacramento el Jueves Santo, como ya se hacía en otras ciudades. Piden a Pedro Flores y a Juan de Aldana se reúnan con el escultor para que les presente dibujada la planta. El 19 de julio del mismo año, Juan de Aldana como comisario de la fábrica del monumento, tras haber visto el dibujo el obispo, se le pide al escultor presupuesto de la obra. El 31 de julio se ordena pagarle el importe del proyecto. El 5 de agosto Juan de Aldana comenta que le pidió al escultor el coste del diseño que hizo, afirmando que éste se niega a cobrar por el trabajo, pidiendo solamente se le devolviesen los dibujos. El 9 de agosto del año 1715 el cabildo pide que se ejecute el monumento.

Parece ser que Taramas "no quería entrar en esta obra por un tanto ni a destajo", sino que el cabildo comprase la madera y buscase a seis u ocho oficiales "de satisfacción" que lo fabricasen. Se ejecutaría la planta de menos coste de las dos que se habían hecho, costeándose la fábrica y pintura para que quedara lo más decente posible. Supongo que entre estos oficiales estaba su cuñado Francisco Ruiz Amador. La obra debía estar terminada para la Semana Santa del año 1716.

El cabildo catedralicio de Badajoz acabaría convenciéndole, no solo para dirigir la obra, pues el 22 de abril del año 1716 se cita que Taramas "no había trabajado a jornal, sino a gracia del cabildo". Un día después, el 23 de abril de 1716, el cabildo paga al escultor 130 reales por el dibujo que hizo del monumento, "y por la dirección y trabajo de venir a ver la obra 157 días que en ella trabajó, 628 reales a razón de cuatro reales por día". También se le paga a Taramas por unas "estatuas" y tres ángeles la suma de 6.600 reales, además de otros 450 reales en que se ajustó la talla de ocho capiteles de las ocho columnas que tenía.

 

 

El pintor sevillano Alonso de Mures dirige parte de la obra y se encarga de la policromía, dorado y plateado

El 24 de abril del año 1716 se pagan 1.200 reales al "maestro de pintor" afincado en Badajoz Alonso García Mures, más conocido como Alonso de Mures. Fue por el trabajo y dirección que hizo durante 98 días en el monumento. También se le pagaron 4.536 reales por las "pinturas, oro, plata e ingredientes" que fueron necesarios para pintarlo. Por las pinturas de las estatuas que hizo el escultor Miguel Sánchez Taramas se le pagaron 3.250 reales más. Esto demuestra, como ocurría con otros artistas, que de la policromía se encargaban en muchas ocasiones los pintores especializados. Por los salarios de pintores, doradores y oficiales, el cabildo pagó también otros 3.014 reales, por los 98 días que fueron los que se tardaron en pintarlo y dorarlo. El coste total del monumento ascendía a 33.337 reales, por lo que debió ser de gran envergadura.

Desconozco el paradero del monumento, si es que existe todavía, ni la fecha en que dejó de utilizarse. No se da noticia de él tampoco en los libros escritos, antiguos y recientes, sobre la historia de la catedral pacense. Sirva este artículo de sencillo homenaje a este escultor, precisamente cuando se cumplen 300 años de la inauguración de este monumento.

 

Fotografías del interior de la Catedral de Badajoz de www.turismoextremadura.com

 

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