PROTOCOLO BÁSICO DE CONSERVACIÓN DE ESCULTURA POLICROMADA

Loreto López Martínez


 

Recién terminada la Semana Santa, y habiendo recibido algunas consultas de las hermandades y cofradías con las que trabajamos respecto a unas normas básicas de conservación de las imágenes, aquí les ofrecemos lo que podría ser un protocolo a seguir, sencillo y asequible, a disposición de todos los que lo quieran llevar a cabo. Estas normas, por supuesto, son aplicables también al ámbito doméstico. Espero que les sean de utilidad. Y recuerden siempre que MÁS VALE PREVENIR...

 

 
 
Jesús Cautivo (Alcalá de Guadaíra)

 

Iluminación

El efecto de la luz directa puede modificar los colores y descomponer los materiales. El calor provocado actúa como catalizador de las reacciones químicas acelerando el envejecimiento de las obras. En el caso de la escultura en talla de madera, provoca movimientos del material que pueden resultar absolutamente lesivos para las capas superficiales, produciendo desprendimientos.

 

1) Debemos alejar las obras de las fuentes de luz directas, procurar que las ventanas tengan cortinas o filtros en sus cristales, o bien colocar las obras en estancias sin ventanas.

2) No hay que dirigir la luz de focos o lámparas hacia las obras, ni colocar las mismas cerca de fuentes de luz incandescente, pues produce calor acumulativo y daños a las piezas.

3) Las lámparas de halogenuros metálicos, y actualmente los leds, constituyen los sistemas de iluminación más recomendados para las colecciones por su baja incidencia de rayos UVA.

 

 
 
Virgen de la Esperanza de las Cinco Llagas (Jerez de la Frontera)

 

Ambiente

La humedad relativa y las temperaturas deben ser controladas y moderadas, procurando que no se produzcan cambios bruscos en un corto espacio de tiempo. La humedad es el factor de deterioro más importante: los cambios bruscos de humedad perjudican directamente a la obra, provocan reacciones químicas, como la corrosión de los metales en el caso de las piezas que cuentan con dorados con panes de distintos metales al oro fino, decoloración de tintes y debilitamiento de los materiales, así como favorecen la proliferación de insectos y microorganismos en condiciones de humedades elevadas, especialmente en las zonas de pliegues donde exista una acumulación de depósitos de polvo. La acción directa de humedad sobre la obra puede provocar daños irreparables. Las pequeñas fisuras que se producen en los barnices protectores, a consecuencia de su cristalización con el paso del tiempo, y los movimientos de la madera de base facilitan la penetración de la humedad, quedando depositada sobre la capa de policromías durante largo tiempo, provocando los denominados "pasmados" y la posible descomposición de las zonas afectadas, tanto del color como de los aparejos de base.

 

1) Alejar la colocación de la obra de los aparatos térmicos, bien sea zona de influencia directa de aire acondicionado o radiadores con calor. Las oscilaciones de temperatura bruscas producen movimientos de dilatación y contracción que pueden afectar gravemente, tanto a las obras con soportes de madera, como a las que lleven tejidos o lienzos. Se debe procurar una temperatura ambiental estable.

2) Alejar la colocación de la obra de las fuentes de agua, tales como tuberías, techos y paredes próximas a baños, cocinas, o riegos de jardín.

3) Siempre es conveniente disponer en cualquier época del año en las distintas salas, y cercanas al punto de emisión de la calefacción durante el invierno, de algunas vasijas de amplia apertura con agua, para su evaporación ambiental natural en función del grado de necesidad. De este modo también se controla la presencia de polvo en suspensión en el ambiente.

4) En el caso de que la obra haya recibido, accidental y directamente, la humedad, se ha de proceder a su inmediato secado con paños de algodón absorbentes, SIN FROTAR, solo con la aplicación suave de los mismos; en casos extremos es aceptable la aplicación de aire en frío a una prudencial distancia de la obra, hasta su total secado.

 

La contaminación del aire con partículas sólidas provoca la acumulación de partículas acidas y/o activas biológicamente sobre las superficies, provocando daños en los materiales y acumulaciones de suciedad que exigirán arriesgadas operaciones de limpieza.

 

1) El aire limpio y con buena circulación evitará la presencia de contaminantes y el desarrollo de microorganismos. En caso de necesidad, procurar ventilar la zona donde se encuentre la obra con una cierta periodicidad.

 

La limpieza-aseo es fundamental para la conservación, ya que los depósitos de polvo provocan indirectamente afectaciones graves sobre la obra.

 

1) Es importante mantener limpias las zonas donde se localizan las obras. Compruebe la limpieza en las esquinas donde puede acumularse polvo, insectos u otros.

2) Utilizar únicamente plumeros y brochas de pelo fino para eliminar el polvo de la obra, aplicándola muy suavemente y aspirando durante el proceso, para evitar nuevos depósitos, sin rozar con la boquilla del aspirador la superficie de la obra. Especial precaución en aquellas obras que cuenten con elementos añadidos superficialmente, pestañas o lágrimas de vidrio.

3) IMPRESCINDIBLE: NO utilizar ningún producto de limpieza, que podría producir daños irreparables en las obras.

4) Si se ha de ausentar durante un periodo de tiempo considerable, se recomienda cubrir las piezas más delicadas con telas suaves de algodón, nunca con plásticos o tejidos no transpirables, ya que así acumularían humedad. En obras de gran formato que vayan a ser almacenadas durante un periodo largo de tiempo, y siempre que sea posible, se pueden cubrir con tela de paracaídas, que es muy liviana en su peso y generalmente transpirable.

5) Observar si aparecen unas pequeñas partículas de serrín en torno al objeto, y buscar los característicos agujeros en la superficie. Suelen ser evidentes en las zonas de madera que no llevan recubrimientos y, por tanto, suponen menos obstáculos para el insecto, signo inconfundible de un ataque de xilófagos que hay que atajar a la mayor brevedad.

6) Como prevención deben colocarse, muy próximos al objeto (tanto si éste se encuentra a la vista, como si está cubierto), productos comerciales antipolillas, evitando de este modo la presencia de diferentes insectos que pueden afectar a la madera, controlando además su renovación periódica durante todo el año, pero especialmente en los meses más cálidos.

 

 
 
Jesús de la Pasión (Huelva)

 

Manipulación

La manipulación de este tipo de objetos siempre es la causante de muchos de los daños superficiales, especialmente en aquellas obras de imaginería de las denominadas "vestideras".

 

1) Siempre que se muevan las obras se habrá de utilizar guantes de algodón que se encuentren en perfecto estado de limpieza, para evitar así que se deposite la grasa de las manos o la suciedad que se pueda llevar adherida.

2) Hay que evitar arrastrar la obra, seleccionando previamente la zona de agarre dependiendo de la pieza en aquellos puntos donde, por su grosor y su calidad compacta, sea más segura la sujeción sin prejuicios de desgarre, procurando no ejercer una excesiva presión.

3) Al cambiar de ropa las imágenes de vestir es muy recomendable cubrir con una funda protectora de tela, abierta por dos de sus lados, la zona de la cabeza. De este modo se evitaran roces y, en el caso de llevar pestañas postizas o lágrimas de vidrio, el desprendimiento de elementos. No hay que utilizar elementos punzantes, alfileres o imperdibles, procurando la sujeción de la ropa sin contacto con la obra o, de no ser posible, estudiando la aplicación de pequeños elementos camuflados con sujeción de mínimos puntos de tiras de cinta, tipo Velero.

 

Almacenaje y transporte.

 

1) Embalar y/o proteger las obras utilizando materiales inertes, como papeles sin ácidos o alcalinos, del tipo denominado "papel japonés".

2) Hay que evitar las vibraciones en los transportes con un correcto embalaje; si es necesario, de espuma de polietileno como amortiguador.

3) Durante el transporte, no apilar la obra.

 

Montaje o exposición.

 

1) Buscar una pared adecuada que no presente riesgos de corrientes, ni tampoco incidencia de luz directa o de humedad.

2) La obra tiene que contar con un sistema de montaje que tenga la máxima estabilidad en relación con su peso.

3) Durante el proceso de montaje de la obra, y cuando la misma haya que desmontarse, siempre se debe apoyar sobre goma espuma para evitar que resbale o se dañe.

 

 
 
Jesús de la Redención (Jerez de la Frontera)

 

Fotografías de Alfonso Vidán Díaz

 

Nota de La Hornacina: Loreto López Martínez es directora de ASOARTE.

 

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