Relieve encargado al escultor e imaginero malagueño por la empresa Parcemasa para el Cementerio Histórico de San Miguel (Málaga). Esta pieza posee ciertas reminiscencias de los monumentos funerarios del siglo XIX. Rinde homenaje a las hermandades y cofradías que contribuyeron a la construcción de esta necrópolis. Es un monumento concebido a modo de lápida funeraria compuesto por elementos de corte figurativo.

El nazareno de la izquierda porta la legendaria banderola "quitasangre", señal de luto en la ciudad. A la derecha el ángel de amplios y volados ropajes hace ademán de tañer un clarín, símbolo de las trompetas que anuncian la resurrección de los muertos llegado el Juicio Final. Como eje central de la obra aparece un bajorrelieve con una vista interior del cementerio que ha sido modelado teniendo como referencia varias litografías antiguas.